Un ataque terrorista suicida perpetrado por el Estado Islámico dejó al menos 15 muertos en Siria
El terrorista entró una iglesia en Damasco, abrió fuego contra los feligreses y se inmoló con un cinturón explosivo
La defensa civil siria declaró en un comunicado que el ataque causó “más de 15 muertos y varios heridos, según un balance preliminar”.
El pasado 10 de junio, el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) abatió a un miembro activo del Estado Islámico en Siria.

El Ejército de EEUU precisó que se trató de un ataque aéreo de precisión llevado a cabo en el noreste de Siria, que provocó la muerte de Rakhim Boev, quien había participado “en la planificación de operaciones externas que amenazaban a ciudadanos estadounidenses, a nuestros socios y a civiles”.
Junto al mensaje, Estados Unidos compartió una imagen del auto en el que el terrorista viajaba, completamente destruido por el ataque.
El 29 de mayo, el Estado Islámico reivindicó su primer ataque en suelo sirio desde la caída del régimen de Bashar al-Assad.
Se trató de una ofensiva en la provincia de Sweida, que involucró la detonación de un artefacto explosivo y alcanzó un vehículo de las nuevas fuerzas gubernamentales sirias, resultando en un muerto y varios heridos.
Mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó inicialmente la cifra de cuatro bajas (un muerto y tres heridos), la agencia de noticias Amaq, vinculada al ISIS, señaló en un comunicado que el atentado había causado la muerte y lesiones a siete miembros del régimen.

El Estado Islámico, que había moldeado gran parte del mapa geopolítico y de confrontación en Siria e Irak, quedó en la periferia tras una agresiva campaña ofensiva liderada por Estados Unidos y tropas kurdas en 2019. Sin embargo, el grupo ha demostrado, en estos últimos tiempos, tener la habilidad para reorganizarse y retomar actividades ofensivas, principalmente contra fuerzas lideradas por los kurdos.
Es por ello que su persistente capacidad para perpetrar ataques a lo largo de los años, y más aún en la actualidad, con el nuevo rumbo político en Damasco, ha obligado tanto a las fuerzas locales como a la comunidad internacional a implementar acciones preventivas para contener el resurgimiento del terrorismo.
En mayo, durante una reunión en Riad, el presidente Donald Trump abordó con su homólogo sirio Ahmed al-Sharaa la necesidad de una estrecha colaboración para impedir que el Estado Islámico retome su poder en la región, y, de hecho, le exigió aumentar los esfuerzos para ello como una de las condiciones para levantar las sanciones sobre el país.
Estados Unidos transmitió su “apoyo al pueblo sirio, después de tantos años de conflicto y violencia” y ratificó su compromiso con “la derrota duradera del Estado Islámico, (...) los combatientes terroristas extranjeros, las relaciones con Israel y los campamentos y centros de detención en el noreste”, dijo el embajador de Estados Unidos en Turquía y enviado especial para Siria, Tom Barrack, en un encuentro con el presidente al-Sharaa celebrado poco después del anuncio.