La violencia política ha vuelto a Colombia
El 7 de junio, el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, del partido de oposición Centro Democrático, fue tiroteado mientras pronunciaba un discurso político en la localidad de Fontibón, en el sur de Bogotá
El tiroteo es el acto de violencia política más grave ocurrido en Colombia en los últimos 30 años. Recuerda un capítulo brutal del conflicto armado que vivió el país entre 1986 y 1990, cuando fueron asesinados cinco candidatos presidenciales.
Políticos de todas las tendencias se pronunciaron contra la violencia en la política. Gustavo Petro, presidente de la izquierda colombiana, aceptó moderar su discurso. Pocos días antes había calificado a Uribe de «nieto de un presidente que ordenó torturar a 10.000 colombianos». En protesta, los partidarios de Uribe se manifestaron en Bogotá. Los simpatizantes de Uribe se manifestaron en Bogotá.

El 10 de junio estalló de nuevo la violencia. Al menos ocho personas murieron en una oleada de explosiones y ataques con armas de fuego en el suroeste del país. En Cali, la tercera ciudad más grande del país, se colocaron bombas en comisarías de policía y murieron tres agentes.
Armando Benedetti, ministro del Interior, declaró que los responsables de estas explosiones podrían estar también detrás de los tiroteos. Las autoridades investigan a un grupo rebelde que opera en la costa del Pacífico, dirigido por un caudillo conocido como Iván Mordisco.

Como muchos políticos colombianos, el Sr. Uribe se vio marcado por la historia de conflicto armado del país. Cuando tenía cuatro años, Pablo Escobar, un famoso barón de la droga, secuestró a su madre, periodista. Posteriormente fue asesinada. En una cumbre celebrada la semana pasada, Uribe declaró que su ambición era que Colombia fuera «un país sin violencia».
Ahora está en el hospital, con una bala en el cráneo, luchando por su vida.