Irán y Rusia reforzaron los drones Shahed para los ataques de Moscú a Ucrania
Ucranianos hallaron un dispositivo de ataque ruso con cámaras avanzadas y una sofisticada unidad antinterferencia de fabricación iraní
Desde el inicio del conflicto, en su cuarto año, Rusia bombardea casi a diario diferentes ciudades ucranianas con drones de diseño iraní, que producen un zumbido reconocible similar al de las bicicletas eléctricas. Muchos de estos drones portan cargas explosivas, mientras otros cumplen funciones de señuelo, contribuyendo a saturar las defensas antiaéreas y confundir los sistemas de vigilancia ucranianos.
Impacto de los ataques israelíes en la industria de drones iraní
El Ministerio de Defensa del Reino Unido ha asegurado que los recientes ataques israelíes contra infraestructuras en Irán “probablemente afectarán negativamente el futuro suministro de equipo militar iraní a Rusia”. Esta afirmación parte del hecho de que Teherán ya proporcionó a Moscú “cantidades importantes” de drones de ataque que cambiaron el balance tecnológico en el conflicto ucraniano. No obstante, las autoridades militares en Israel han evitado especificar cuáles fueron los objetivos alcanzados en suelo iraní, y Estados Unidos también ejecutó operaciones aéreas contra instalaciones nucleares en la región. El verdadero alcance sobre la industria de fabricación de drones permanece sin datos concretos.
De acuerdo con Beskrestnov, la unidad antinterferencia del dron descubierto recientemente incorporaba componentes iraníes nunca antes vistos en el frente ucraniano. Por lo general, los sistemas electrónicos que alimentan la producción rusa de drones utilizan piezas de origen ruso, chino u occidental, pero esta integración marca un salto cualitativo.

Producción local y transmisión de tecnología
Aunque los drones de ataque rusos conservan el diseño original iraní, la mayor parte de su producción ya ocurre en territorio ruso. El respaldo tecnológico y el know-how iraní habrían sido cedidos a Rusia desde 2022, luego de la firma de un acuerdo valorado en 1.700 millones de dólares. A partir de entonces, la fábrica de alta seguridad Alabuga, situada en Tartaristán, inició la fabricación local de los modelos Shahed (“testigo” en farsi) con capacidad para innovar y modificar los diseños originales.
Datos obtenidos por AP a través de documentos filtrados revelan que, a comienzos de 2023, Irán despachó cerca de 600 drones desmontados para ensamblaje en Rusia, antes de que la totalidad del proceso industrial se trasladara al ámbito local. A lo largo de este proceso, equipos técnicos rusos implementaron modificaciones en componentes clave, como cámaras de precisión, sistemas de guía y plataformas de IA, así como la implementación de la “Operación Blanco Falso”, que consistía en desarrollar drones señuelo que tenían el fin de saturar las defensas aéreas enemigas.
La transformación del modelo Shahed incluyó la fabricación de versiones con ojiva termobárica, capaces de absorber el oxígeno del entorno y provocar daños graves en organismos vivos al colapsar pulmones y ojos. A la vez, se mejoraron los sistemas de guiado y el tamaño de las ojivas.
Tecnología avanzada e IA en el campo de batalla
Según Fabian Hinz, experto en drones de IISS (Instituto Internacional de Estudios Estratégicos), en al menos una ocasión Irán envió a Rusia un modelo Shahed equipado con motor a reacción para ser probado en Ucrania. La fuerza aérea ucraniana identificó dos aeronaves Shahed adicionales con este tipo de motor en mayo, aunque su uso en los ataques no ha sido generalizado debido al elevado coste de operar motores de este tipo, que además están presentes en los misiles de crucero iraníes. Incluso al considerar motores alternativos de origen chino, su empleo cotidiano resulta financieramente inviable.
Por su parte, Beskrestnov remarcó que la electrónica del dron recogido recientemente es “muy costosa”. Equipado con cámara de alta resolución, enlace de radio y una plataforma con inteligencia artificial capaz de operar de forma autónoma, el dron representa una evolución importante respecto a versiones anteriores. Aunque no se conoce el objetivo preciso de su despliegue, el experto sugiere que podría estar destinado a atacar infraestructuras críticas, como los tendidos eléctricos.

Las fases previas de los Shahed carecían de capacidad para reconocer o atacar objetivos móviles, así como para cambiar de rumbo una vez lanzados. Según David Albright, del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, estas limitaciones hacían que algunos drones viajaran aleatoriamente por Ucrania antes de impactar, lo que facilitaba su neutralización. El nuevo modelo, con radioenlace y controles remotos, permite al operador intervenir en vuelo, redefinir objetivos y potencialmente controlar varias unidades simultáneamente.
El diseño actual incorpora ocho antenas —el doble que los drones estándar—, reforzando la resistencia a las contramedidas electrónicas desplegadas por Ucrania. Las inspecciones de componentes revelaron marcadores y piezas fabricadas en Irán en el último año, similares a los componentes hallados por Hinz en misiles iraníes suministrados a los rebeldes hutíes en Yemen.
En un comunicado remitido a AP, el Ministerio de Defensa de Ucrania confirmó la localización de drones con ocho y doce antenas de origen chino y ruso en los últimos cuatro meses, signo del acceso de Rusia e Irán a tecnología occidental a pesar de las sanciones vigentes.
La integración de inteligencia artificial permite a los drones operar de forma independiente si sufren bloqueos de comunicación. Ejemplos previos demuestran que Ucrania también utilizó esta capacidad, como en la Operación Telaraña, en ataques profundos contra bases aéreas rusas con bombarderos estratégicos.
Nuevas tácticas de ataque y datos de efectividad
Rusia no solo perfeccionó los sistemas de sus drones, sino que también varió sus tácticas de uso. Opera los drones Shahed a diferentes altitudes para sortear francotiradores o evitar la detección por radar, y realiza ataques masivos en grupo en los que combina drones lanzados en picada y equipados con bombas. Estas estrategias desgastan las defensas aéreas ucranianas, ya que envían oleadas de señuelos antes de uno o dos drones equipados con ojiva real.
Los datos recabados durante el último año por AP reflejan un crecimiento sostenido en la efectividad de los ataques. Tras la toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump en enero, los embates con drones rusos fueron en aumento y, a partir de marzo, se detectó un incremento notable ligado a la incorporación de tecnología avanzada contra el bloqueo de señales.
En noviembre de 2024, aproximadamente el 6% de los drones rusos lograron alcanzar objetivos claros en Ucrania. Para junio, la cifra subió hasta el 16%. Hay noches en las que casi la mitad de las aeronaves no tripuladas lograron atravesar las defensas aéreas.
El Ministerio de Defensa de Ucrania atribuye este fenómeno no solo a la adopción de nuevas tácticas y tecnología, sino también al empleo masivo de drones señuelo y la diversificación en los métodos de ataque.