Irán lanzó dos ataques con misiles balísticos como respuesta a la ofensiva israelí
Sirenas antiaéreas sonaron en los dos países, se escucharon explosiones en Jerusalén y se registraron columnas de humo en Tel Aviv
En respuesta, la Fuerza Aérea israelí bombardeó objetivos estratégicos en territorio iraní, incluida una instalación nuclear en la ciudad de Isfahán. Entre los blancos alcanzados se encontraban estructuras dedicadas a la producción de uranio metálico y laboratorios vinculados al programa atómico de la República Islámica.
En el transcurso de una sola jornada, se sucedieron tres ataques directos: el primero desde Irán, una represalia inmediata de Israel y una segunda oleada de misiles iraníes, lo que marca un punto de inflexión en la confrontación militar.
La segunda oleada de misiles iraníes “activó las alertas en varias zonas” de Israel. Las sirenas de advertencia sonaron en Jerusalén, y las autoridades reiteraron a la población que debían “obedecer las instrucciones del Comando del Frente Interno”, ya que la defensa aérea “no es hermética”.
Durante el primer bombardeo iraní, el Comando del Frente Interno había ordenado a toda la población refugiarse en espacios protegidos y no salir salvo que se emitiera una orden expresa. Luego se comunicó que los civiles podían abandonar los refugios pero se recomendó permanecer cerca de ellos ante el riesgo de nuevos incidentes.
Israel detalló que su Fuerza Aérea “está trabajando para interceptar y atacar donde sea necesario para eliminar la amenaza”.
El ejército israelí informó que docenas de misiles y drones fueron lanzados desde Irán y explicó que las explosiones escuchadas en varias zonas del país fueron producto de intercepciones exitosas o de proyectiles que cayeron en áreas abiertas. También solicitó a la ciudadanía no publicar imágenes ni datos de los sitios alcanzados.
A pesar de la eficacia del sistema defensivo, una ráfaga de cohetes logró superar la Cúpula de Hierro y alcanzó la ciudad de Tel Aviv, donde se registraron columnas de humo tras los impactos. En Jerusalén, periodistas de AFP reportaron fuertes explosiones similares a las que se producen durante operaciones de intercepción.

Los servicios de rescate israelíes atendieron a 34 heridos en el centro de Israel, entre ellos una sexagenaria en estado crítico, según el Magen David Adom, equivalente israelí de la Cruz Roja. “Tras ataques con cohetes en la región” del Gran Tel Aviv, los rescatistas “suministraron atención médica vital y evacuaron a 34 heridos hacia los hospitales”, indicó la organización en un comunicado.
El ataque de Teherán fue calificado como uno de los más amplios lanzados directamente desde Irán contra Israel. Las IDF mantuvieron en operación sus sistemas defensivos, incluidos la Cúpula de Hierro y otros escudos de largo alcance, que funcionaron de manera continua durante la ofensiva.

La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos. El ataque representa un cambio cualitativo en el conflicto regional y podría desencadenar una respuesta militar directa.
Las repercusiones de los ataques también se sintieron en países vecinos. Las autoridades jordanas informaron que cayeron objetos interceptados en el aire en varias regiones del país, aunque no se reportaron víctimas. El Departamento de Seguridad Pública de Jordania confirmó que los restos impactaron en distintas zonas del reino “sin causar heridos”, y evitó ofrecer más detalles.
En este contexto, el jefe de la diplomacia iraní, Abbas Araqchi, rechazó los pedidos de contención ante la ofensiva iraní. Según un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores de Teherán, Araqchi “rechazó los llamados a la moderación dirigidos a Irán tras la agresión israelí”, durante una conversación con su homólogo británico, David Lammy.