Discusiones, ironías y una fuerte frase: el violento enfrentamiento entre dos figuras del tenis
El episodio lo protagonizaron Maria Sakkari y Yulia Putintseva en Alemania. Las imágenes
La jornada había comenzado con la expectativa habitual de un torneo de alto nivel, pero el desenlace del espectáculo superó cualquier pronóstico. Ambas jugadoras, conocidas por su carácter competitivo, ofrecieron un duelo reñido en el Court Central del certamen germano. Sakkari logró imponerse en dos sets, asegurando su pase a la siguiente fase. Sin embargo, la verdadera noticia surgió luego del último punto, cuando la tradicional muestra de deportividad se vio empañada por una disputa verbal.
La música que sonaba en la cancha dificultó que el público captara todos los detalles de la conversación, pero una respuesta de Putintseva provocó que Sakkari la siguiera hasta su banco. La griega se retiró momentáneamente, solo para regresar unos instantes después y lanzar la frase que resonó en el estadio: “¡Nadie te quiere!”. Este comentario, cargado de hostilidad, marcó el punto álgido de la confrontación que además se viralizó en las redes sociales.
En medio del altercado, la griega insistió en que su oponente debía mirar a los ojos al momento de estrechar la mano, subrayando la importancia del respeto en el deporte. Fue entonces cuando el umpire intervino para intentar calmar los ánimos, solicitando a ambas jugadoras que pusieran fin a la discusión con un “Damas, por favor”.
La respuesta de Putintseva no se hizo esperar: realizó una reverencia sarcástica en dirección a Sakkari y pronunció un irónico “muchas gracias”, mientras la disputa continuaba incluso durante su salida de la cancha.
Este episodio no constituye el primer incidente polémico en la carrera de Yulia Putintseva. El año pasado, durante el US Open, la tenista de 30 años protagonizó otro momento controvertido en su derrota ante Jasmine Paolini. En aquella ocasión, las cámaras captaron cómo dos pelotas fueron lanzadas hacia la kazaja antes de su siguiente saque. Ella optó por ignorarlas y mantuvo la mirada fija en la recogepelotas, sin moverse, lo que generó una situación incómoda para la joven encargada de asistir en la cancha.