Cabeza en alto y a golear en Nashville, Boca
Después de sufrir en el primer tiempo, el Xeneize emparejó al poderoso Bayern Múnich con garra, pase filtrado y un gol antológico de Merentiel. Y cuando saboreaba un punto de oro se le volvió a escapar sobre el final. Ahora, a hacerles 6 o 7 a los neozelandeses y esperar la manito alemana. Sí, se puede.
Los de Russo no tenían en quién hacer descansar la pelota (Palacios, bien gracias) ni encontraban pases profundos para explotar las espaldas de los defensores. Marchesín evitó el 0-2 extirpándole un mano a mano a Olise. El pitazo final trajo alivio.
En el segundo tiempo apareció el Boca más combativo al calor de una hinchada que empujaba y ya Bayern no sumaba para el ping pong. Velasco fue de menos a más, hasta recibir de un Battaglia adueñado de la 5 (¡con Gago era 2!) y habilitar quirúrgicamente a la Bestia, que hizo un gol antológico celebrado en las tribunas como cuando los sobrevivientes de la Cordillera de los Andes vieron llegar a los helicópteros. ¡Y dale, dale, Boooca!
Esos
5 minutos posteriores en los que el Xeneize fue por el segundo fueron
un oasis en el partido. Después los alemanes recuperaron la pelota, los cambios de Miguelo volvieron a entrar mal
y había que aguantar. El partido se dirigía hacia un empate, pero otra
vez a los 84’ llegó la daga: una serie de rebotes se la dejaron servida a
Olise y chau.
Ayrton sintió un pinchazo, pero como ya no había cambios siguió en cancha. Fiera. Hubo poquito de Zenón. Belmonte no pudo mantener el nivel ante Benfica. Y el partido se fue con los Bávaros más cerca del tercero que Boca del empate. Ahora, a golear a Auckland y esperar que Bayern sea bueno y le gane a Benfica. “No me extrañaría que se dé”, dijo Russo. Amén.
Párrafo aparte para el show de La 12
Pase lo que pase en la última fecha, hay un antes y un después en la historia de Boca con lo que le mostró y maravilló su hinchada al mundo. El aliento fue descomunal y constante en ambos partidos.
Finalmente no hizo falta que un extranjero venga a la Bombonera para darse cuenta de que Boca es grande, gigante, único por su gente. Les llevamos la Bombonera al centro del mundo.