Revelaron que el nazi Klaus Barbie fue clave en el tráfico de cocaína en Sudamérica: sus vínculos con Pablo Escobar y Roberto Suárez
El
“carnicero de Lyon”, conocido por su rol en la Gestapo, desempeñó un
papel crucial en la creación de un cárcel de droga del subcontinente
Infobae
Klaus Barbie, conocido como el “carnicero de Lyon” durante la Segunda Guerra Mundial, jugó un papel clave en la creación de uno de los cárteles de droga más poderosos de Sudamérica, según una investigación del semanario alemán Der Spiegel publicada este viernes. El artículo revela nuevas conexiones entre Barbie, el narcotraficante boliviano Roberto Suárez y el colombiano Pablo Escobar, que habrían facilitado el crecimiento del narcotráfico en la región.
El ex
jefe de la policía nazi en la ciudad francesa de Lyon, ocupada por
Alemania, huyó a Sudamérica tras el fin de la guerra. Se estableció en Bolivia bajo el nombre de Klaus Altmann y, con el tiempo, se convirtió en asesor de seguridad de Suárez, conocido como el “rey de la cocaína”
boliviana. Según la investigación, Barbie tuvo una influencia
significativa en la expansión del narcotráfico en Bolivia y en la
conexión con los carteles colombianos.
Los archivos de la CIA y del Congreso de Estados Unidos, a los que tuvo acceso Der Spiegel, documentan la estrecha relación entre Barbie y Suárez. El semanario señala que, sin la intervención de Barbie, Suárez
probablemente no habría alcanzado la posición de poder que disfrutó en
la industria de la cocaína, lo que también afectó al crecimiento del
Cártel de Medellín dirigido por Escobar.
Klaus
Barbie utilizó su influencia y su conocimiento del aparato de seguridad
boliviano para actuar como intermediario entre Suárez y los militares
de Bolivia. En ese contexto, también se menciona cómo Barbie colaboró
estrechamente con Pablo Escobar, quien se encargaba del transporte de la
cocaína hacia los Estados Unidos.
La cédula boliviana de Klaus Barbie
La investigación de Der Spiegel
también desvela cómo los fondos provenientes del narcotráfico fueron
utilizados para financiar el golpe de Estado en Bolivia en 1980, llevado
a cabo por militares que contaban con el apoyo de mercenarios neonazis,
conocidos como los “Novios de la Muerte”. Estos mercenarios operaban
desde el “Club Bavaria”, un cuartel general que estaba adornado con
símbolos nazis.
El
semanario subraya que el vínculo entre Barbie y los narcotraficantes fue
conocido por la CIA, que estuvo al tanto de sus actividades en la
región. A pesar de su implicación en el narcotráfico, Barbie logró operar en Bolivia sin una persecución inmediata hasta que fue finalmente extraditado a Francia en 1983.
En ese país, fue condenado a cadena perpetua en 1987 por crímenes
contra la humanidad cometidos durante la ocupación nazi en Francia.
Murió en prisión en 1991.
Klaus
Barbie, que fue el oficial de las SS a cargo de la Gestapo en Lyon,
sale del Palacio de Justicia de Lyon donde acaba de ser juzgado por sus
crímenes contra la humanidad durante la Segunda Guerra Mundial
La
investigación también reveló que la esposa de Roberto Suárez, cuyo
nombre era Shulamith Krieger, tenía ascendencia judía, y que su tía,
residente en Lyon, fue deportada por orden de Klaus Barbie durante la ocupación nazi.
Este
informe abre nuevas interrogantes sobre el grado de implicación de
Barbie en el narcotráfico sudamericano y su colaboración con figuras
clave del crimen organizado, lo que a su vez implica que la Segunda
Guerra Mundial y el legado del nazismo continúan dejando huellas
profundas en la historia del narcotráfico global.