OSASUNA 2 - ATLÉTICO 0 / Campeón de invierno, turista en primavera
El Atleti otra vez fuera de casa se queda cortísimo ante un Osasuna que le ganó 2-0 de cabeza (Catena y Budimir). Susto de Barrios. Inoperantes los rojiblancos.
Y eso que casi de manera involuntaria, Sorloth estuvo a punto de marcar al inicio en un córner: remató con el interior entre un bosque de piernas en el área pequeña pero, entorpecido por Catena, la bola se fue a las manos de Herrera. Amanecieron los del Cholo proponiendo con balón y metros para correr, con el once que le había ganado a la Real con Julián (sin Lino), que volvía tras sanción, en la mediapunta. Los rojiblancos no eran los de casa pero tampoco los de los esperpentos fuera esta temporada (Villamarín, Butarque, Getafe, Las Palmas, Vitoria...). Aún. Osasuna, en el antepenúltimo partido de Vicente Moreno, sobrevivía negando espacios en su área, fiados al premio en una contra. El primero se lo llevó Catena en el 25’.
Fue después de que ni árbitro ni VAR vieran penalti en un agarrón de Le Normand a Budimir ni tampoco en una mano de Cruz en un centro de Llorente. Fue en un córner. Lo sacó Bryan, lo cabeceó Catena ante un Oblak de cera entre la falta de tensión general. El esperpento ya estaba en Navarra. Ese campeón de invierno que en primavera se ha convertido en turista. Acude a los partidos fuera como quien sale a pasear. Solo le faltan las gafas de sol. ¿Que Osasuna necesitaba ganar para estar en la lucha por Europa? Basta con que el Atleti pise tu casa y tus deseos se harán realidad. Es lo que tiene tanto tiempo sin pan, que terminas por acostumbrarte. A los días sin sal, a los días que pasan sin más, sin ninguna emoción. Lo malo de este final es que en el Atleti es un punto y aparte, por eso del Mundial de Clubes que, en un mes, comenzará a disputar ante el PSG. Si estos partidos valían de pretemporada, se deberá repensar. Hoy espanta.
Koke y De Paul se estorbaban, como Llorente y Giuliano, aunque Sorloth tuviese otra cuando se lanzó en plancha a cabecear un centro de Barrios que Herrera salvó en la línea. El esperpento ya se rondaba. Hasta Julián andaba con nubarrones en las botas. Azpilicueta, que creció en Tajonar, ya calentaba en la banda con Lino, cuando el árbitro pitó el reposo.
Ni un segundo esperó Simeone para introducirles a ambos (por Galán y Giuliano) nada más comenzar una segunda parte que, en el 50’, detuvo el corazón de todos a la vez en El Sadar: Barrios conducía hacia el área cuando trastabillaba y caía desvanecido tras golpearse la cabeza con la cadera de Llorente. Alerta, médicos al campo. Barrios se recuperó casi enseguida pero la precaución mandaba: Nahuel al campo y el canterano fuera con Celada, el doctor. Y cabreado, porque se sentía para seguir, pero el protocolo de conmoción de la Liga obliga. A los dos entrenadores les permitiría un cambio más.
Pero su Atlético continuó sin encontrar caminos en el medio que despejaran hacia el área. Y Sorloth se había dejado todos los goles en el Metropolitano por lo que, cuando se presentaba ante Herrera, siempre le lanzaba los balones a las manos. Osasuna no sufría. Entró Griezmann, entró Correa, los rojiblancos parecieron tener más repiqueteo en el área pero sería mentira. Osasuna nada sufría. Simeone agotaba sus seis cambios en el 67’, cuando Vicente Moreno solo había hecho uno (Rubén Peña por Barja) y eso lo resumía todo. El de casa cómodo, el de fuera, desesperado e inoperante. Si llegaba al área, lo hacía en fuera de juego. Cuando llegaba, porque en realidad ni eso. Y en esas andaba cuando Budimir se llevó otro premio. El delantero del pueblo (20 goles) en un segundo dio un clínic a los del Cholo de cómo debe moverse un 9.
Primero se escondió, cuando Boyomo recuperó para buscar a Barja, quien lanzó un centro tenso. Y ahí irrumpió Budimir: se lanzó de cabeza sobre la pelota, sorprendiendo a Giménez, para enviarla a la red. El Atleti vuelve a su casa tras otra debacle y, encima, dos goles más en la maleta de Oblak. Y eso que su lucha por el Zamora es lo único que queda en el naufragio generalizado. Se salva Llorente. Al menos corre