Caos absoluto en París en la celebración del título del PSG
Disturbios, cargas policiales, incendios, botes de humo, estampidas… en las inmediaciones del Parque de los Príncipes.
La policía tuvo que cargar en múltiples ocasiones contra los seguidores radicales, que zarandearon autobuses, prendieron hogueras, no pararon de tirar fuegos artificiales y petardos ni de encender bengalas, provocando estampidas y escenas de pánico por doquier. El humo y el gas de los botes lanzados por los antidisturbios para intentar contener las concentraciones entraron en varios establecimientos anexos a la plaza, aunque la mayoría de los bares y restaurantes cerraron y se protegieron de los posibles destrozos. En la calle, el ambiente se hizo irrespirable y peligroso. O te agarrabas a una farola o te pasaban por encima.
Destrozos y fuego
Todo se llenó de destrozos, de mobiliario urbano y de vehículos. En las aceras, motocicletas y bicis tiradas, fragmentos de señales de tráfico y semáforos rotos. En la plaza, fuego. En fin, un auténtico campo de batalla en el que centelleaban los láseres verdes de los gendarmes y sonaban las sirenas de la Policía y las ambulancias. Difícil de describir. Inimaginable en muchos lugares. Otro nivel. La salida de Roland Garros se complicó muchísimo, aunque el acceso al estadio del PSG fue cortado, porque en los alrededores se concentraron centenares de hinchas.
La euforia inicial dejó paso a un ambiente algo más calmado con el paso de los minutos y el movimiento de la masa hacia la zona del estadio, donde se concentraron la mayoría de los seguidores. Fue una de las zonas de París más concurridas, junto con los Campos Elíseos, donde también hubo detenidos, como en Saint Cloud. La ciudad llevaba mucho tiempo esperando un momento como este, pero la fiesta se les fue de las manos.