Barcelona-Real Madrid / El Barça cierra la Liga y una era
El equipo azulgrana vuelve a levantar un 0-2 y se asegura el campeonato tras meterle cuatro goles a un Madrid irreconocible en 26′. Hat-trick amargo de Mbappé, ahora pichichi.
No era partido de laboratorio y lo dejaron claro Flick y Ancelotti poniendo a lo último que funcionó: el Barça, con los que atacaron bien y defendieron mal en Milán, abrazado a las sensaciones más que al resultado; el Madrid, con Arda Güler, suficientemente vacunado de banquillo hasta que Ancelotti le vio inmunizado para el Clásico, el segundo de su corta carrera. Fracasó el turco, fracasaron todos.
De Mbappé a la remontada
Esa aparente normalidad se rompió pronto a causa de un accidente. Antes de que se supiera por dónde soplaba el viento, Cubarsí fue a interceptar un centro que no iba a ninguna parte y dejó a Mbappé frente a Szczesny. El polaco no se contuvo y levantó por los aires al francés. Penalti grosero transformado por el propio Mbappé. La locura de la final copera tenía una segunda parte en Montjuïc.
El Madrid, que había salido sin el hambre que se le exige a quien solo puede ganar o morir, tuvo pronto un segundo premio casi sin girar la ruleta, este sin error ajeno previo. Una arrancada de Vinicius acabó con un pase de exterior de este a Mbappé para que el francés facturara el segundo gol sin oposición. El comienzo soñado para un equipo que no difería de lo que ha sido durante el curso.
Y así siguió siendo en lo que vino después. A partir de ahí, el Barça, que de peores ha salido en este año de resurrección, jugó con el mismo convencimiento de los otros tres Clásicos y de San Siro. Liderado por Pedri, reconvertido en ironman, trató al Madrid como a cualquiera, le metió en su área, le levantó por las solapas y le hizo tres goles en un cuarto de hora.
El Barça se convirtió en un torbellino y el Madrid, en un pelele. Eric Garcia, en un córner, cabeceó a quemarropa un balón peinado por Ferran Torres: 1-2. Lamine, con el equipo de Ancelotti hundido en su área, empató con una rosca de izquierda: 2-2. Y Raphinha, que había recibido de Pedri tras un error exaequo de Ceballos y Mbappé, se plantó ante Courtois para confirmar la remontada: 3-2. Ocurrió en un suspiro. No solo fueron los goles, sino la sensación de superioridad absoluta de un Barça abrumador, en el juego interior y por las bandas. El Madrid, con el centro del campo más instruido posible, era incapaz de escapar de esa jaula. La custodia compartida de Ceballos y Arda Güler acabó siendo un abandono total al equipo. Antes del descanso, Raphinha remató al moribundo tras el enésimo error grave de Lucas Vázquez, uno de los que pagarán la factura este verano. Un póker azulgrana en 26′.
Vinicius y Bellingham
La segunda mitad solo encerraba una incógnita: si al Barça le valía con amarrar la Liga o pretendía darle un verdadero escarmiento al Madrid. Optó por lo primero. Ancelotti quitó a Güler y Ceballos, más por el qué dirán, para meter a Modric y Brahim. Dos piezas no podían cerrar tanta vía de agua. Desde la lejanía contemplaba el desastre Mbappé, del que solo se puede decir que aprovechó todo lo que le llegó. De esta derrota, a él que le registren. De hecho, si hay que empezar la reconstrucción por algún sitio, conviene mirar al francés, ahora mismo muy por encima de un despistadísimo Vinicius y de un Bellingham irreconocible. Dio la impresión de que física y anímicamente ha bajado los brazos.
Lo cierto es que al Barça no le daban ya las piernas para alargar el festival. Mandó de manera más esporádica, Flick le dio minutos a Balde y Raphinha buscó el triplete (se le fue un gol a puerta vacía), mientras el Madrid seguía de oyente hasta que en un robo de Modric, suplente inexplicable visto lo visto, provocó otra contra blanca, con asistencia de Vinicius y gol de Mbappé, autor de un triplete inútil. Ese tanto y una oportunidad perdida por el canterano Víctor fueron los últimos puntitos de suspense en el partido y en esta Liga que virtualmente acabó en Montjuïc con un campeón irrefutable, cuyo ataque lo arregla todo, y otro saliente que necesita una reeducación absoluta. Será con otro maestro.