Athletic 0-Barcelona 2 / Repaso final en La Catedral
En un Nuevo San Mamés más hostil que nunca contra el Barcelona, los de Flick dejaron muy claro quien es el mejor y sellaron una temporada de ensueño.
Pero el fútbol no engaña. El repaso del Barça al Athletic fue mayúsculo, casi el habitual. Un 0-3 que no fue una humillación dolorosa porque el Barça casi no se jugaba nada. Pero sin jugarse nada, hay mucha distancia entre ambos equipos por mucha imaginación que le echen. Y también, entre ambas aficiones. Porque al Athletic nunca se le ha tratado como un enemigo en Barcelona.
El gesto de Flick en la alineación inicial respecto a Iñaki Peña, colocándole como titular en el que probablemente será su ultimo partido en el Barcelona habla muy bien de ambos. El técnico alemán había reconocido semanas atrás que la decisión más complicada que había tomado en lo que va de temporada fue el relevo en la portería cuando degradó al alicantino en favor de Szczesny y ayer le devolvió el favor precisamente en el día en el que se apunta a que el Barça ha llegado a un acuerdo con Joan García para que sea nuevo portero blaugrana en un futuro.
En un Nuevo San Mamés que se ha ganado ya de largo ser el estadio más hostil al Barcelona de LaLiga y que ahora, después de abuchear a Iniesta durante años ha pasado a tener a Lamine como enemigo público número uno y que silba al equipo culé incluso cuando le hace al pasillo a De Marcos el Barcelona impuso el fútbol ante los gritos. Se escucharon gritos en San Mamés a favor de Yuri, pobre, para que pararacomo fuera a Lamine. La impotencia debe ser algo parecido a esto.
Flick había dicho que quería acabar bien la temporada y monto una alineación absolutamente competitiva sin más detalles que el citado de la portería, que por otra parte, no afectaba en nada al rendimiento del equipo.
Salió el Athletic bullicioso y sin pausa, algo difícil de adquirir cuando tienen a Nico Williams en la banda, que todo lo hace muy rápido (y bastante mal la mayoría de las veces) y al lado a Marouan, que todo lo hace muy lento y a destiempo. Dos maneras de entender el fútbol que deberían de acomodarse. Lo mejor sería que el tanque se acercara al talento. Pero es tarea complicada. Para Marouan, tarea casi titánica.
Valverde explicó en la previa que este último partido de la temporada era la primera prueba de cara a la siguiente campaña, en la que el Athletic jugará la Champions League a un nivel al que no está acostumbrado. Que escuchen más al técnico que a la grada.
El lamentable United ya le pintó la cara en las semifinales de la Champions y al Barcelona le sobraron 20 minutos para marcar diferencias. Lewandowski, que no marcaba en Liga desde marzo anotó dos tantos en la primera parte dejando claro a los de Valverde que siguen donde el técnico tiene la certeza de su nivel y muy lejos de lo que imagina su animosa y bullanguera afición.
Al final, en la segunda parte, el Barcelona le escondió la pelota al Athletic como el que le esconde una canica a un niño de tres años y los de Valverde corrieron como pollos sin cabeza ante un equipo de Champions. Que es lo que se encontrarán el año que viene. Olmo cerró el partido con el 0-3 evidenciando la impotencia local. Un repaso más en La Catedral.