Luis Enrique crea un monstruo
El conjunto parisino alcanza su quinta semifinal de la máxima competición europea, la segunda consecutiva con el español en el banquillo. Únicamente llegó a la final en 2020.
La primera vez que el PSG consiguió llegar a las semifinales fue en 1995, en una época en la que el club capitalino comenzó a escribir su historia en Europa. Aquel equipo, dirigido por el franco-español Luis Fernández, subcampeón de la Liga años después, contaba con estrellas como Rai, Ginola, George Weah (futuro Balón de Oro, el único africano de la historia) o el excelente Bernard Lama. El Milan, el gran favorito para ser campeón, le pasó por encima en los dos envites, logrando una meritoria victoria en París, 0-1, y finiquitando después la eliminatoria con un holgado 2-0 en San Siro.
Hubo que esperar 25 años, un tiempo eterno, para volver a ver al PSG en las semifinales de la máxima competición continental. Después de una ingente cantidad de dinero invertido, gracias al capital de Qatar, los parisinos, en una final a 8 en Lisboa a partido único, por culpa de la pandemia del coronavirus, derrotaron a la Atalanta en los cuartos tras un final de infarto y sellaron el pase a las semifinales, donde vencieron 3-0 al Leipzig. Liderados por un omnipresente Neymar, posiblemente el mejor jugador del mundo en aquel momento, el equipo dirigido por Thomas Tuchel no pudo doblegar al Bayern en la final, campeón por la mínima gracias a un gol del canterano del Paris Saint-Germain, Kinglsey Coman.
Un año después, con la pandemia haciendo estragos en la sociedad, sin público en los estadios, el PSG se sentó otra vez en la mesa de los cuatro mejores equipos de Europa. Tras una eliminatoria memorable contra, precisamente, su verdugo en la final un año antes, el Bayern, los pupilos de Pochettino se midieron al City de Guardiola, que ganó en París, 1-2, remontando el tanto inicial de Marquinhos. En la vuelta, sin Mbappé, entre algodones por un esguince de tobillo, sin posibilidad de contar con el francés, el equipo mancuniano fue un rodillo y volvió a ganar con el mismo resultado, desbaratando el sueño del club francés de ganar la Champions.
Tras dos temporadas consecutivas cayendo en octavos, precisamente en los dos años en los que tuvo el PSG en su plantilla a Leo Messi, allegándole con Neymar y Mbappé, el PSG se encomendó a Luis Enrique para volver a ser un equipo temible en Europa. Necesitó nueve meses el asturiano para devolverlo a la penúltima ronda de la Champions, después de imponerse al Barcelona en cuartos, en una eliminatoria trepidante, con 2-3 en la ida para los de Xavi y un 1-4 perentorio en la vuelta para los galos, para después sucumbir, sorprendentemente, ante el Dortmund en las semifinales. En aquel doble envite, el campeón de la Ligue 1 estrelló el balón seis veces en el palo, acabando desquiciado por la oportunidad perdida. Fue el último partido de Kylian Mbappé en Europa con el club del que es el máximo goleador histórico.
Si hay hazaña, Luis Enrique
Y, a pesar de la salida del francés, el PSG se ha convertido en uno de los mejores equipos de Occidente. Tras ser el verdugo del Liverpool en octavos, los parisinos se impusieron al Aston Villa en los cuartos, consiguiendo su segunda semifinal consecutiva, la segunda de Luis Enrique, primer entrenador de la historia del club que se clasifica de manera seguida a esta ronda de la Champions League. Un logro cuyo camino tiene un único horizonte, dotarle al club de la primera Orejona de su historia, la gran obsesión de Qatar, el único torneo que se le resiste desde que destrozó el mercado en 2011, año en el que aterrizó en la capital francesa. Ahora para evitar que el PSG sea otra vez finalista solo pueden apartarle el Real Madrid y el Arsenal.