Fernando Gago, otra vez bajo la lupa en Boca: sin triunfos en partidos grandes y atado a ganar el campeonato

La derrota con River dejó secuelas; el DT dirigirá la práctica de Boca de este martes

Ningún vaso rebasa por una gota. Si Fernando Ga­go volvió a quedar expuesto al escarnio público, si los hinchas le perdieron decididamente la paciencia y los dirigentes analizan nuevamen­te la posibilidad de inte­rrumpir el ciclo, es porque a su Boca le sobra­ron un par de vidas. La caída ante River por 2-1 en el Monumental fue el detonante de otro lunes de especulaciones y ver­sio­nes cruzadas, un manual de conjeturas que ponen otra vez bajo la lupa la continuidad del entrenador.


Sucede que el equipo sigue sin aparecer en las difíciles y el margen de error pasó de exiguo a nulo en menos de dos meses. Desde que Gago es el DT, el Xeneize solo coleccionó decepciones. De hecho, solo se rega­ló un triunfo por penales en los cuartos de final de la Copa Argentina -gracias a una bri­llante actuación de su arquero-, no ganó clásicos ni partidos clave y cayó con Alianza Lima en la Fase 2 de la Copa Libertado­res. ¿Es posible seguir así?

Gago sumó una dura derrota en su primer superclásico dirigido.
Gago sumó una dura derrota en su primer superclásico dirigido.Marcos Brindicci - LA NACION

Este lunes, el Mundo Boca volvió a amanecer con­vulsionado. Es que si bien el equipo marcha puntero en la Zona B y tiene muchas chances de terminar pri­mero en la etapa regular del torneo Apertura, la derrota con River en el clá­sico fue otro golpe al mentón para un Boca que sigue sin dar la talla en los partidos definitorios. Y especialmen­te su DT, que falló en el planteo táctico, no atinó a co­rregir sobre la marcha y sumó una nueva decepción, esta vez, ante el rival de toda la vida.

Para la dirigencia, la situación del técnico ya es prácticamente insosteni­ble, aunque lo más probable es que decida respaldar a Gago hasta el final del Apertura. Si lo gana, dirigirá el Mundial de Clubes. Y si no, habrá que barajar otra opción.

El tema, claro, son los plazos que ofrece el calendario. La final del torneo se jugará el 1° de junio en Santiago del Estero. Y la par­ticipación de Boca en el Mundial de Clubes co­mienza el 16, por lo que, en caso de no continuar Pintita, el Consejo de Fútbol tendría 12 días como máxi­mo para de­finir a un hipotético sucesor, ya que el re­glamento del campeonato obliga a los clubes a insta­larse en su base operativa entre cinco y tres días antes del i­nicio de la competencia. ¿Y entonces?

El golazo de Mastantuono en el superclásico River vs Boca

El golazo de Mastantuono en el superclásico River vs Boca

El récord de Gago en Boca incluye 17 victorias, seis empates y siete derrotas, con un 63% de efectividad, la más alta entre los últimos cinco entrenadores xe­neizes. Pero el problema es mucho más profundo de lo que indica la estadística. Es que a este Boca le sobra para ganar partidos, pero le falta para ganar finales. Y el estigma se volvió condena.

La primera “final” le llegó a Gago en su segundo par­tido en el banco: cuartos de final de Copa Argentina contra Gimnasia y Esgrima La Plata. Boca no tuvo una buena actuación y dependió de los reflejos del jo­ven Leandro Brey (atajó cuatro penales) para clasi­fi­carse a la siguiente instancia. Fue justamente en se­mi­finales donde el equipo empezó a exhibir su mandí­bula de cristal: tras ponerse 3 a 2 a falta de diez mi­nu­tos, Gago desarmó el esquema y el Xeneize cayó 4 a 3, hipotecando gran parte de sus chances de ingresar a la Copa Libertadores de manera directa.

Dos semanas después llegaría el 0 a 0 con Indepen­diente en el primer clásico de la era Gago y la primera reprobación de la Bombonera. “Los silbidos es una situación que como fut­bolista la viví muchas veces. En este estadio, en otros clubes. El hincha quiere ga­nar, entiendo que pueda estar descontento. No solo por el partido, sino por la eliminación de la Copa Ar­gentina”, asumió el entrenador, aunque no pudo en­derezar el destino.

Porque el 2025 también arrancó torcido. Tras la go­lea­da lógica contra Argentino de Monte Maíz, Boca ganó un partido de los primeros cuatro y cayó en un nuevo clásico ante Racing, con paliza táctica de Gus­tavo Costas. Esa caída con la Academia le llenó el ar­mario de preguntas al conjunto de Gago, que pese a una serie de triunfos en la liga llegó cuestionado al re­pechaje por la copa.

Boca: le hicieron lectura de labios a Gago y descubrieron un detalle en el cambio de Marchesin por Brey

Boca: le hicieron lectura de labios a Gago y descubrieron un detalle en el cambio de Marchesin por Brey

Las tapadas de Agustín Marchesin en Perú evitaron la catástrofe en la ida y dejaron la serie abierta ante un trabajoso Alianza Lima, pero en la Bombonera Bo­ca no estuvo a la altura y escribió una de las páginas más tristes de su historia interna­cional: 2 a 1 en los 90 y derrota 5 a 4 en los penales.

Gago quedó apuntado por hinchas y dirigentes como el gran responsable del fracaso: el equipo no anduvo, los cam­bios no le fun­cio­naron y aprobó el ingreso de Leandro Brey por su­gerencia del arquero titular cuando el juvenil no se había parado siquiera para realizar la entrada en calor. Dejó que los jugadores decidieran la lista de pateadores y siguió la definición desde el banco sin siquiera levantar la mi­rada. “En el fútbol siempre, o generalmente, se pierde. Esto es una cuestión lógica. Muy pocos equipos ga­nan", intentó minimizar lo sucedido con una explica­ción demasiado fría para una eliminación que solo podía analizarse con el corazón. A regañadientes, se comprometió a ganar el Apertura: “Si no digo que tenemos que ser campeones, (los periodistas) van a decir que no lo digo. Boca tiene que ganar y ser cam­peón. Tiene que tratar de ganar el campeonato”.

Agustín Marchesin y Fernando Gago durante el partido por Copa Libertadores 2025 que disputan Boca Juniors y Alianza Lima.
Agustín Marchesin y Fernando Gago durante el partido por Copa Libertadores 2025 que disputan Boca Juniors y Alianza Lima.Manuel Cortina - LA NACION

Como puede ocurrir en junio, el calendario volvió a conspirar en su favor. Boca jugaba 72 horas más tarde con Rosario Central y la dirigencia decidió darle una nueva oportunidad, ad referéndum del recibimiento de los hinchas en la Bombonera y una mejora inte­gral del equipo en todos los aspectos posibles. Desde en­tonces, Boca sumó siete victorias en ocho partidos y llegó al superclásico en su mejor momento en la tem­porada, pero también con la misión de ganarle a River para sanar definitivamente la herida de la Liber­tadores. No lo logró: Gago im­provisó con un planteo inédito y River lo superó durante gran parte del juego, además de en el resultado.

En el vestuario del Monumental se vieron caras de re­signación. Estirar la ago­nía, está claro, no resuelve la enfermedad de fondo. El domingo, el Xenei­ze cie­rra la etapa regular ante Tigre, en Victoria, para luego enfo­carse en los playoffs.

El plantel tuvo el lunes libre y el martes se reencontrará en el predio. Con Gago co­mo DT, aun­que la obligación ahora sea tan grande co­mo Boca. 

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