Es ahora, Independiente
El Rojo no pudo con Riestra ni con todas las dificultades que aparecen a la hora de enfrentarlos y cuando llega el momento de definiciones el equipo no se puede relajar.
Deportivo Riestra fue un escollo más que complicado, duro en la marca, extremadamente cerrado atrás y pillo para en los resquicios que dejaba el Rojo en defensa poder llegar a enfrentar a Rodrigo Rey. Claro que esto último se fue dando por la vocación ofensiva del equipo de Julio Vaccari que tuvo la pelota pero salvo por los destellos de Luciano Cabral (que se fue bien expulsado) habilitando a Lautaro Millán en el primer tiempo o con una definición exquisita que pegó en el palo, no llegó con claridad.
La falta de gol de los de mitad de cancha hacia adelante es una gran falencia que se expone y complica cuando Felipe Loyola, Pablo Galdames o Álvaro Angulo no pueden hacer su valioso aporte en el arco rival. Ignacio Arce, arquero rival, estuvo más en el piso para demorar algún saque de arco que por alguna atajada. Lo primero es lógico, lo segundo es responsabilidad del Rojo.
Es cierto que hay circunstancias a tener en cuenta. Enfrente no sólo estaba el equipo que menos goles recibió en el campeonato, además está un plantel que juega tranquilo, sin presiones. Un conjunto que sabe que nunca, pero nunca tendrá la mala suerte de ver como un árbitro se equivoca en contra suyo. Qué lindo debe ser jugar en Deportivo Riestra, qué buena fortuna tienen.
Al que no envidio para nada es a Pablo Echavarría. Bah, tal vez su valentía de no sonrojarse ni un poco al no lograr cobrar bien dos infracciones seguidas. Ayer tuvo la desgracia de no poder marcar bien ni dos laterales seguidos. Una pena. Todo bien, no pasa nada, se equivocan los futbolistas, los entrenadores, también erramos muchísimo los periodistas y claro que el árbitro puede tener una jornada en la que si sos muy autocrítico hasta podés volver a tu casa y replantearte tu profesión. Espero no sea el caso, sólo tuvo una muy mala noche. Fuerza, Pablo.
Se viene la recta final que comienza el miércoles en Tucumán, donde sería ideal ganar, darse una buena dosis de confianza y viajar a Uruguay a levantar el pagaré de la Sudamericana, donde el último puesto en el grupo es algo que no merece ni puede permitirse este Independiente. El Rojo supo demostrar demasiado en este semestre como para quedarse fuera de combate en los últimos rounds.