Del sueño a la pesadilla
El Atlético cierra un mes catastrófico. Eliminado de la Copa, la Champions y prácticamente sin aspiraciones en Liga. Cuatro derrotas en seis partidos.
En Champions, con la eliminación más dolorosa posible. Después de competir de tú a tú contra el Real Madrid, ganar el partido para forzar la prórroga en el Metropolitano y con un supuesto doble toque de Julián Alvarez en la tanda de penaltis que sigue coleando. Cuando parece que no hay forma más rocambolesca y dura de caer ante el eterno rival, siempre queda una vuelca de tuerca. Y el equipo parece no haberse repuesto de aquel golpe, ni en el apartado anímico ni en el mental ni en el futbolístico.
La eliminación copera ante el Barcelona acaba con opción de revancha contra el Real Madrid en Sevilla. El equipo blaugrana fue superior y volvió a tomar el Metropolitano como había hecho en Liga, donde dio un varapalo a los de Simeone que lo mandó a la lona. El Atlético se encuentra a nueve puntos del Barça con nueve jornadas por jugarse. Y entre medias está el Real Madrid con seis puntos de ventaja. La competición que queda (hasta el Mundial de Clubes) y por la que hay que pelear, pero con una distancia enorme con la cabeza. Muchos errores individuales, falta de intensidad y pobre puesta de escena en campos de equipos de la zona baja de la tabla y muchos disparos en los pies.
El último, de Lenglet cometiendo un penalti muy tonto contra el Espanyol. La roja directa que vio Correa en el 88 ante el Getafe previa a la remontada azulona y que tiene al argentino cinco partidos sancionado, sin esa carta para revolucionar los finales de encuentro o anteriormente la roja de Barrios a los seis minutos ante el Celta, el penalti de Le Normand contra los celestes, el fallo de Griezmann desde los once metros en Leganés… Un total de 13 puntos de los últimos 30 en Liga. Y un único triunfo en los últimos seis partidos, el de la eliminación en Champions pese a imponerse por 1-0. Empate en Cornellà y derrotas contra Real Madrid en la ida de la Champions (2-1), Getafe (2-1) y Barcelona (2-4 y 0-1). Ni el Metropolitano sirvió como fortín. Un mes que acabó con todo.