Alta tensión en el Bayern
“No estoy en una gira de despedida, soy deportista”. La frase de Müller refleja los ánimos del vestuario bávaro. Peligra la final de Champions en casa.
Pero la alegría le duró poco: solo tres minutos más tarde, Davide Frattesi silenció a los alemanes con el 1-2 definitivo. La decepción fue tal que Müller no escondió su fastidio cuando se le insinuó que este podría haber sido su último duelo de Champions en el Allianz: “¿Hice hoy mi partido de despedida o era la ida de cuartos?”, le preguntó molesto a un periodista. “No estoy en una gira de despedida, soy deportista”.
A pesar del golpe, el vestuario del Bayern sigue manteniendo la fe. “Esto fue solo la primera mitad. Un gol de diferencia no es nada en el fútbol”, insistió Müller, subrayando que el Bayern está convencido de poder darle la vuelta a la eliminatoria: “Nos mantendremos unidos y lo conseguiremos”. El técnico Vincent Kompany también quiso transmitir optimismo ante lo que será una durísima vuelta en San Siro el próximo miércoles.
“Ningún equipo llega al descanso con 1-2 y dice que se va a casa. Creemos en nuestra oportunidad”, aseguró el entrenador belga, consciente de que su equipo cayó más por su falta de acierto que por falta de juego. Necesitan dar la vuelta a la eliminatoria en Milan. Si no, la final en su estadio, en casa, el sueño de todos los aficionados, se esfumará.
Buen Müller
Lo cierto es que Müller volvió a ser un factor decisivo desde su ingreso en el minuto 74, revitalizando tanto a sus compañeros como al público con su característico instinto en espacios reducidos. “Tuvo un impacto”, destacó Harry Kane. Kompany, por su parte, tampoco escatimó elogios: “Tiene ese instinto para generar peligro incluso con poco espacio. Espero que lo veamos muchas veces más”.