Senna cumpliría 65 años
Tal día como hoy, 21 de marzo de 1960, nació en Sao Paulo el piloto brasileño, tricampeón del mundo que se fue antes de tiempo en Tamburello.
“Siempre me ha gustado el automovilismo, y como Ayrton era un fanático de los kart, decidí convertirme en un padre diseñador y construir uno para él”, recuerda Milton en el libro Senna, historias desconocidas 25 años más tarde (José María Rubio y Lemyr Martins). “Fue el juguete que con el paso de los años se convertiría en lo más importante de su vida”, continúa el padre de Senna. El piloto aprendió rápido y admitió en una entrevista que aquella época le sirvió para lo que vendría después en F1: “El kart me proporcionó muchos momentos de placer y excelentes recuerdos (...) nunca el pilotaje fue tan divertido como en kart. Allí aprendí muchas cosas. Mucho de lo que uso en la Fórmula 1 lo aprendí en kart”.
Ese juguete artesanal, construido pieza a pieza a mano, el ‘carrinho’, alcanzaba los 60 km/h en manos de un niño de 4 años que ya empezaba a dar indicios de lo que vendría años más tarde. Que fue nada menos que tres títulos mundiales, quién sabe si de no mediar la mala fortuna hubieran sido algunos más. Después de aquel ‘carrinho’ vendría un kart oficial a los 9 años que fue hecho para Emerson Fittipaldi con el que empezó a competir. Primero, en una prueba amistosa por las calles de Sao Paulo de la que el padre llegó a retirar la inscripción de Ayrton: “Me asusté cuando vi 30 pilotos mayores que él”. Senna salió por sorteo desde la primera posición y aguantó en carrera hasta que tuvo un accidente. “Escuché un fuerte un ruido y Ayrton desapareció entre la polvareda. Fue solo un susto y allí estaba él sacudiéndose el polvo y mirando con mala cara al que le había sacado de la pista”.
La progresión del brasileño continúo y a los 13 años en el Torneo de Invierno de Interlagos ganó las dos carreras, en su primera participación. “Sabía el riesgo que asumíamos, pero le apoyamos, le ayudamos a madurar insistiendo que no quemara etapas, que las siguiera de forma natural”, rememora Milto, Esa progresión le llevó a la Fórmula Ford 1600 (1º), a las Fórmula Ford 2000 Británica y Europea (1º), la Fórmula 3 Británica (1º), al Gran Premio de Macao (1º) y finalmente a su debut en la F1 en 1984 con Toleman. En su primera temporada en el Gran Circo ya logró una vuelta rápida en carrera y tres podios. Uno magistral bajo la lluvia de Mónaco.
Y es que en el ADN de Ayrton no estaba el perder, cuenta su hermana Vivianne: “Se acostumbró a las victorias y hasta en los juegos de cartas entre hermanos no admitía perder”. Y con ese don llegó a Europa y a la F1. En aquel 1984 podía haber ganado en Mónaco si no hubiera mediado Balestre (presidente de la FIA) bajo la presión de Jacky Ickx quien no quería seguir corriendo bajo el diluvio del principado. No sería el único desencuentro entre ambos, que alcanzó su punto álgido en el GP de Japón de 1989 cuando el brasileño fue descalificado tras el accidente con Prost, ambos compañeros en McLaren, en la chicane de Suzuka. Si ninguno acababa la carrera, el título sería para el francés. Senna conocedor de la artimaña, consiguió reemprender la marcha y ganar la carrera, pero Jean Marie Balestre eliminó al brasileño por reemprender la marcha en una zona prohibida. “Todo el mundo vio la manipulacón de aquel campeonato. Mi victoria no iteresaba”, dijo sobre el asunto un Ayrton Senna que no pudo revalidar su título del año anterior. Luego vendrían los mundiales de 1990 y 1991 y su fichaje por Williams en 1994 y la maldita curva de Tamburello.