Mendy, KO

El francés se marchó en el 83′ con molestias en el isquiotibial de la pierna izquierda. Fran García ocupó su lugar. Tercera lesión de la temporada de Ferland.

Fernando S. Tavero, As

No estaba siendo el día de Ferland Mendy. Y el rizo se rizó. Lesión en el 82′ y cambio en el 83′. El francés despejó un balón en un repliegue y, al poner pie a tierra, se echó al suelo. Automáticamente, mano a la parte posterior del muslo izquierdo. En la zona isquiotibial. Con gesto muy serio. Rápidamente entraron las asistencias blancas, pero el veredicto fue claro: no podía continuar. Mirada a Ancelotti, confirmación y Fran García al campo. “Es una lesión muscular, ha sentido un pinchazo. Lo evaluarán en los próximos días”, confirmó Carletto.

Final a un encuentro donde Mendy sufrió, y mucho, con Giuliano Simeone y su zancada. Carletto apostó por su fútbol rocoso en un duelo de tronío, pero el ataque rojiblanco le encontró las grietas. El lateral solo se impuso en dos de los siete duelos que afrontó, tarea donde acostumbra a sentar cátedra, y perdió ocho balones. Algunos de ellos, además, en situaciones peligrosas. En tierra hostil. Donde los regalos están prohibidos. En un espacio que suele ser la zona Mendy. Pero no lo fue en el Euroderbi.

Tercera de la temporada

Es la tercera lesión de la temporada para Mendy. La segunda de carácter muscular. Un problema perenne, que le acompaña y minimiza. Aunque, hasta ahora, solo le han ‘arrebatado’ dos partidos y medio este curso. La primera no llegó con el Madrid. Al menos, no fue el club blanco quien lo anunció. En el parón de septiembre, Francia aseguraba que Ferland tenía una sobrecarga en la tibia de la pierna derecha. Por suerte para Ancelotti, no fue a más y no se perdió partido alguno.

No así en el siguiente percance. Durante la victoria contra en Girona (0-3) de diciembre se dolió de la pierna derecha. El diagnóstico, lesión en el cuádriceps. Solo se perdió los encuentros contra el Atalanta, en Champions, y el Rayo, en Liga. Amén de los últimos diez minutos de Montilivi. Ahora, el mal menor, es el parón a la vuelta de la esquina. Aunque todo queda supeditado a las pruebas que se le realizarán cuando la zona pierda inflamación.