Estados Unidos está movilizando toda su flota de bombarderos estratégicos B-1 en un traslado no visto en 30 años
La reubicación de los B-1 muestra la capacidad de proyección global de la Fuerza Aérea.
Los bombarderos B-1B han sido reubicados en varias bases clave de la Fuerza Aérea. Una parte de la flota ha sido enviada a la Base Aérea de Grand Forks, en Dakota del Norte, mientras que otra ha sido desplegada en la Base Aérea Andersen, en Guam, como parte de la Fuerza de Tarea de Bombarderos. La decisión de posicionar algunos de estos bombarderos en Guam refuerza la presencia militar estadounidense en el Indo-Pacífico, una región donde Washington busca contrarrestar la influencia de China y mantener su capacidad de respuesta ante posibles amenazas.
El B-1B Lancer, que entró en servicio en 1986, ha sido una pieza clave de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. A diferencia de otros bombarderos estratégicos como el B-52, el B-1B no transporta armas nucleares, pero su velocidad supersónica y su capacidad para lanzar misiles y bombas convencionales de largo alcance lo convierten en un activo fundamental en operaciones militares. A pesar de su antigüedad, el B-1B sigue jugando un papel importante en la estrategia de disuasión estadounidense, especialmente en operaciones en Medio Oriente y el Indo-Pacífico.
Nueva era para la aviación militar
Este movimiento logístico también marca el inicio de una nueva era para la aviación militar estadounidense. La Base Aérea de Ellsworth será el primer hogar del bombardero furtivo B-21 Raider, el futuro sustituto del B-1B y del veterano B-2 Spirit. La modernización de la base es un paso clave en la preparación para la llegada de esta aeronave de sexta generación, diseñada para operar en entornos altamente disputados y evadir sofisticados sistemas de defensa aérea.
Andrew Feigen, comandante del 37º Escuadrón de Bombarderos, explicó que este despliegue pone a prueba la capacidad operativa de la flota y el trabajo del personal encargado de su mantenimiento. “Nuestra misión es clara: ganar hoy y dominar mañana”.
El hecho de que toda la flota de B-1B sea movilizada simultáneamente no solo es un desafío logístico, sino también una demostración de fuerza. Mientras el mundo observa con atención los movimientos militares en el Indo-Pacífico y Europa del Este, la presencia de estos bombarderos en Guam destaca el compromiso de Estados Unidos con la estabilidad regional y su capacidad de proyectar poder en cualquier parte del mundo.
Si bien la modernización de Ellsworth marca el futuro de la aviación militar con la llegada del B-21 Raider, el B-1B Lancer sigue demostrando su importancia en la defensa estratégica. Con este movimiento, la Fuerza Aérea deja claro que, incluso mientras se prepara para la nueva generación de bombarderos, su flota actual sigue siendo una herramienta vital para mantener la seguridad y el equilibrio en un mundo en constante cambio.