El iceberg más grande del mundo se encalló en el océano Atlántico: qué impacto puede tener en el ecosistema marino

El llamado “A23a″ se detuvo cerca de la isla Georgia del Sur, uno de los territorios que ha reclamado Argentina. Expertos plantean que podrían surgir efectos imprevistos en el entorno natural. Cuál es la incidencia del cambio climático

El British Antarctic Survey (BAS), que ha seguido el avance de este iceberg, informó que la posición actual del A23a parece reducir los riesgos para la fauna de la región. Según Andrew Meijers, oceanógrafo del BAS, “si el iceberg permanece en tierra, no esperamos que afecte significativamente a la vida silvestre local”. Esta noticia, que podría tranquilizar a los observadores, sugiere que el impacto potencial en, por ejemplo, los pingüinos y las focas de Georgia del Sur no sería tan grave como se temía.

De acuerdo a los científicos, el A23a se desprendió de la plataforma de hielo Filchner en la Antártida en 1986, y permaneció estancado en el mar de Weddell durante más de 30 años. Su lenta liberación en 2020 dio inicio a su travesía hacia el norte, siguiendo las corrientes del océano Austral. A medida que avanzaba, los expertos comenzaron a temer que colisionara con la isla o quedara atrapado en aguas menos profundas cerca de las costas, lo que habría alterado gravemente la capacidad de los animales locales para alimentarse y reproducirse. Este tipo de escenarios podrían haber tenido efectos devastadores para especies como los pingüinos y las focas, que dependen de las aguas cercanas para la nutrición de sus crías.

Un gráfico reciente con la
Un gráfico reciente con la ruta que ha seguido el iceberg A23a desde el 17 de enero de 2025 (Europa Press)

Sin embargo, en la actualidad, el iceberg se encuentra atrapado a una distancia aparentemente segura de la isla. Meijers también explicó que, en las últimas décadas, muchos de los icebergs que siguen esta misma ruta tienden a romperse, dispersarse y derretirse antes de acercarse demasiado a las islas. En este caso, parece que el A23a no se está desmoronando en pedazos más pequeños, como sucedió con un trozo de 19 kilómetros que se desprendió anteriormente.

“Será interesante ver qué sucede ahora”, comentó Meijers. Las imágenes satelitales tomadas a finales de febrero de 2025 muestran que el borde más cercano del iceberg había detenido su avance, lo que llevó a algunos a preguntarse si podría quedar definitivamente atrapado en esa ubicación. Aunque la situación actual no representa un peligro inmediato para la vida silvestre, el futuro sigue siendo incierto.

Por otro lado, el hecho de que el A23a esté detenido podría tener beneficios inesperados para el ecosistema local. Meijers señaló que los nutrientes liberados por el derretimiento y el encallamiento del iceberg podrían aumentar la disponibilidad de alimentos para los animales locales, incluidos los pingüinos y las focas. “Los nutrientes removidos por el encallamiento (del iceberg) y por su derretimiento pueden aumentar la disponibilidad de alimentos para todo el ecosistema regional”, dijo el oceanógrafo. Esto podría ser un alivio para las especies locales, que ya se habían visto afectadas por un brote de gripe aviar en la temporada anterior, lo que había dificultado la alimentación de los animales en la isla.

Científicos han alertado que si
Científicos han alertado que si la temperatura global aumenta entre 1,5 y 2 grados Celsius sobre los niveles preindustriales, el derretimiento del hielo en la Antártida podría elevar el nivel de los océanos (Imagen ilustrativa Infobae)

A pesar de estos posibles beneficios, también existen riesgos asociados con el iceberg. Aunque no representa una amenaza para la navegación, debido a su tamaño y la capacidad de los barcos para esquivarlo, la fragmentación del A23a podría complicar las operaciones de pesca en la región. Ciertas áreas podrían quedar fuera del alcance de los barcos de pesca comercial debido a la cantidad de trozos de iceberg más pequeños, pero a menudo más peligrosos, de acuerdo a lo que precisó Meijers. Esto podría generar dificultades para las flotas pesqueras que operan en la zona.

Georgia del Sur es un territorio británico de ultramar administrado por el Reino Unido. Argentina también ha reclamado la soberanía de este lugar a lo largo de la historia, al igual que las Malvinas y Sandwich del Sur.

El A23a es un iceberg de dimensiones impresionantes, pero no es único. En los últimos cinco años, al menos dos icebergs de tamaño similar se han observado en la misma zona. Sin embargo, este tipo de fenómenos son parte del ciclo natural de las plataformas de hielo de la Antártida. Según Meijers, “estos enormes icebergs son una parte completamente normal del ciclo de vida de las capas de hielo de la Antártida”. No obstante, la aceleración de la pérdida de hielo en la región es motivo de preocupación. Desde 2000, las plataformas de hielo han perdido más de 5 billones de toneladas de masa.

El aumento de las temperaturas globales ha provocado un derretimiento acelerado de las capas de hielo de la Antártida, lo que contribuye al aumento del nivel del mar, de acuerdo a los investigadores, que advierten que un aumento en la temperatura promedio del planeta podría desencadenar -hipotéticamente y bajo determinadas circunstancias- un derretimiento que elevaría los océanos.

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