Una gran defensa sin defensas

Asombro en el club con el rendimiento de la zaga de Mánchester. “¡Nunca habían entrenado juntos!”, bromea Ancelotti. Se acalla el murmullo.

Sergio López
As
Ancelotti estaba equivocado. Y Mánchester se lo confirmó. No era el sacrifico de los de arriba lo que contagiaba al grupo, sino el ejemplo de los de abajo. La intachable voluntariedad de Valverde, la resiliencia de Tchouameni, el coraje de Asencio y el trabajo de Mendy. De todos ellos, sólo uno es defensa del primer equipo a todos los efectos. De todos ellos, sólo dos son defensas. Y sin embargo, el rendimiento de la zaga en el Etihad fue mayúsculo. Aprobando con nota un examen de los que, a priori, parecen utópicos de aprobar. Pero voilà.

La sorpresa dentro del club es evidente. Tanto el cuerpo técnico, como en la cúpula, se asumía que ante el City se verían las costuras de una defensa repleta de parches. La faena de estos días había sido aceptarlo. Asimilarlo. Y es por eso que el resultado ha terminado siendo tan asombroso. Prácticamente nada se puede reprochar en el primer gol (un pase como el de Grealish es de los que invitan a felicitar al rival y seguir jugando) y en el segundo, ninguno de ellos tuvo responsabilidad. Su ejemplo, sirve de ejemplo. Y contagia.

Valverde, en Mánchester.
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Valverde, en Mánchester.PAUL ELLISAFP

“El muy criticado Tchouameni...”

“Los cuatro de atrás nunca habían jugado juntos. Y digo más: ¡Nunca habían entrenado juntos! Y han realizado un partido espectacular. Los dos centrales... el muy criticado Tchouameni ha realizado un encuentro espectacular, Valverde muy bien, Mendy también, Asencio sigue... sorprendiendo, por la edad que tiene. Hemos sido capaces de, en la emergencia, sacar algo bueno. Defender no es una cuestión individual, sino colectiva. Y esta noche hemos sido un equipo”, dijo Ancelotti en rueda de prensa.

La paradoja de Mendy

Sucede la paradoja de que, de los cuatro, el que parece seguir dejando más dudas es el que es defensa de verdad. Mendy. Pero desde dentro se transmite que va a más. Que hay confianza. Y Ancelotti lo sigue considerando su titular para las grandes noches, como demostró en Mánchester. En el otro costado, Valverde, el “tercer mejor lateral derecho del mundo”. Los números, en sintonía con las sensaciones, reflejan que si quisiera, sería un espectacular lateral derecho. Firme en defensa, pero sobre todo, llegador: hizo hasta tres disparos, los mismos que Bellingham y Vinicius.

Hay centrales

Pero donde más se concentra la sorpresa es en el centro de la zaga. Tchouameni cada vez se siente más seguro, espantando el runrún que lo rodeaba como una atmósfera de incertidumbre. Y no se esconde: siendo central, fue el tercero del equipo que más pases dio, con 43 (más que Camavinga, con 42, por ejemplo). Este dato lo gana Asencio (46), probablemente el hombre de la noche, con permiso de los goleadores. Su partido para frenar a Haaland fue un máster en toda regla. Y es que pese a tener al cyborg pegado como una sombra, terminó el partido sin cometer una sola falta. Sigue asombrando. Deslumbrando.

Tchouameni roba un balón a Gündogan.
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Tchouameni roba un balón a Gündogan.ADAM VAUGHANEFE

¿Y para la vuelta?

De cara a la vuelta, la sensación es que Rüdiger podrá jugar. Aún no hay nada seguro, ni mucho menos, pero su evolución es muy positiva. El propio Ancelotti confirmó en rueda de prensa este sentir. De estar, todo apunta a que sentaría a Asencio, pero visto su rendimiento, cada vez es menos descabellado que el canterano fuese su acompañante, lo que devolvería a Aurélien a la sala de máquinas. Será una cuestión a decidir dentro de una semana. Por lo pronto, sorpresa. Asombro. E ilusión. Esa defensa que parecía un castillo de naipes, es muralla. Sobrevive y hace vivir. Se está sobreponiendo a las más difíciles. Y eso es lo que de verdad contagia al grupo.

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