Un médico analiza el problema de salud de Trump y llega a dos conclusiones: o trastorno o egocentrismo
Donald Trump ha dicho que duerme muy poco por la noche. Un doctor especializado en medicina del sueño explica por qué puede ocurrir esto y cómo afecta la falta de sueño al cerebro.
Pero, ¿cómo es posible que una persona con tanta responsabilidad rinda con sólo cuatro horas de sueño? Esta cuestión se le preguntó a Henri Tuomilehto, médico finlandés especialista en este ámbito, en un editorial del noticiario nacional Helsingin Sanomat (en español, Noticias de Hensilki)
“Las personas que duermen cuatro horas por noche suelen tener importantes problemas para dormir, es decir, trastornos del sueño. Si bien las necesidades de sueño son individuales“, explicó Tuomilehto. En este contexto, cuando analizó el caso de Trump vaticinó que su situación puede ser una cuestión de egocentrismo. El especialista planteó que con esas horas de descanso y aparente normalidad física, el magnate y presidente norteamericano podría jactarse de ser un “superhombre”.
“Muchas personas también se jactan de ser naturalmente somnolientas, pero en una situación de medición real se observaría un déficit de sueño. El requerimiento promedio de sueño para los adultos es de 6 a 9 horas", añadió el doctor finlandés.
El sueño, la base para el correcto funcionamiento del cerebro
El ser humano puede vivir sin moverse y comiendo alimentos poco saludables. Sin embargo, una persona “sin dormir se marchita”. Y es que para la inmensa mayoría de la comunidad científica, el sueño es fundamental para la concentración, la gestión de la emociones y la memoria, entre muchos aspectos.
“Sabemos por una gran cantidad de investigaciones que dormir crónicamente menos de seis horas por noche es un riesgo terrible para la salud. La falta de sueño afecta directamente al cerebro".
Entre sus consecuencias se encuentran alteraciones de comportamientos, como irritabilidad o evasión de situaciones sociales; o incluso predisposiciones a acumular peso o contraer diversas enfermedades cardiovasculares. “El sueño es fisiología, afecta a cómo tomamos decisiones y cómo las cambiamos si es necesario. Nadie está fuera de ello, ni siquiera Donald Trump”, concluyó Tuomilehto.