Un hombre encontró un enorme oso de 238 kilos que se refugió en su casa por los incendios en Los Ángeles
Un residente de California descubrió al animal escondido abajo de su hogar. Equipos de vida silvestre lograron capturarlo con un peculiar método antes de reubicarlo
InfobaeCuando Samy Arbid regresó a su casa en Altadena, California, tras la evacuación por los incendios forestales, esperaba encontrar daños por el fuego, pero no un inquilino inesperado bajo su vivienda.
El incendio de Eaton, que quemó más de 6.600 hectáreas en el área de Los Ángeles, obligó a la evacuación de cientos de residentes, según CNN.

Aunque la mayoría de los animales huyeron de las llamas, el oso decidió quedarse, refugiándose bajo la casa de Arbid, sin que nadie lo supiera. El 29 de enero el hombre supo de la presencia del animal.
Un visitante inesperado
Arbid y su esposa notaron ruidos extraños provenientes del sótano poco después de su regreso. En un principio, pensaron que se trataba de un pequeño animal, tal vez una zarigüeya.
El animal, conocido por los vecinos como “Barry” o “Víctor”, según CBS News, era un visitante frecuente de la comunidad y solía merodear por la zona en busca de comida. Sin embargo, nadie sospechaba que había decidido convertir el espacio de acceso de la casa en su refugio tras los incendios.
“Los vecinos nos habían dicho que había un oso enorme que venía todo el tiempo. Nadie sabía que vivía debajo de nuestra casa, así que fue una sorpresa para todos”, contó Arbid a CNN.
La presencia del oso no solo fue una sorpresa para la familia, sino también para la empresa de gas SoCalGas. La compañía se negó a realizar trabajos de mantenimiento en la casa hasta que el animal fuera retirado, lo que dejó a Arbid y su esposa sin electricidad ni otros servicios básicos.

La situación requería una solución urgente, y fue entonces cuando el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California (CDFW) intervino para resolver el problema.
El desafío de retirar a Barry
El equipo de vida silvestre, liderado por el biólogo Kevin Howells, enfrentó un desafío complicado: sacar a un oso de más de 230 kilos de un espacio reducido sin causarle daño ni provocar una reacción violenta.
“Si encuentran un lugar donde se sientan seguros, nada los disuadirá”, explicó Arbid en CNN.
Dado el tamaño del animal, se descartó el uso de anestesia, ya que aplicarla en un espacio confinado podía ser peligroso. En su lugar, los expertos decidieron utilizar una trampa para osos, pero primero tenían que atraer a Barry fuera de su escondite.
Para persuadir al oso, los miembros del equipo compraron una variedad de alimentos irresistibles en un supermercado local.
“Compraron pollo asado, sardinas, salsa de tomate, manzanas, mantequilla de maní... todo tipo de cosas. Le prepararon un festín”, contó Arbid a CBS News.
Afortunadamente, la estrategia funcionó. Apenas unos minutos después de colocar la trampa con la comida, el oso salió de su escondite y activó el mecanismo de la puerta trampa. “El biólogo dijo que era el oso más grande que había visto en persona”, afirmó Arbid.

Reubicación y nuevo hogar
Una vez asegurado, Barry fue transportado al Bosque Nacional de los Ángeles, donde fue liberado tras un chequeo de salud.
Los especialistas le colocaron un collar GPS para monitorear sus movimientos y asegurarse de que se adapte a su nuevo entorno.
La familia Arbid finalmente pudo recuperar el acceso a los servicios básicos, y el espacio de acceso de su casa fue sellado para evitar futuras visitas inesperadas.