Se termina la paciencia con Thiago Motta

La eliminación de la Juventus abre el debate sobre el futuro del técnico. La obligación es asegurar un sitio en la próxima Champions, pero la directiva bianconera medita cambios.

Mirko Calemme
As
La Juventus vive horas muy tensas. La eliminación sufrida este miércoles ante el PSV abre el juicio sobre el rendimiento de Thiago Motta, quien, a pesar de haber contado con un mercado de fichajes importante, nunca ha rendido como se esperaba tras su gran trabajo en el Bolonia.

Entre verano e invierno, la Vecchia Signora invirtió casi 200 millones de euros, pero esta revolución no se tradujo en resultados. En la Serie A, los turineses tendrán que luchar para confirmar su clasificación a la Champions: marchan cuartos, con los mismos puntos que el Lazio (quinta), con cuatro de ventaja sobre la Fiorentina y cinco sobre el Milan, que debe recuperar un partido. El liderato, a 10 puntos, nunca fue una opción y ya es inalcanzable.

La Supercopa fue otra decepción, con la derrota en la semifinal ante el Milan, y en la Champions se cosechó un puesto 20 en la fase de liga y la eliminación en el playoff. Queda la Copa Italiana, con los cuartos de final ante el Empoli, pero ganar ese trofeo no serviría para salvar la temporada.

El objetivo imprescindible es terminar entre los primeros cuatro del Calcio, pero, al parecer, tampoco eso garantizaría la continuidad de Motta, cuyo contrato expira en 2027 con un sueldo que ronda los 4 millones netos al año.

La Juventus analizará su posición en estos meses y, más allá de la clasificación a la próxima Champions (sin la que el despido estaría asegurado), habrá que ver si el equipo da señales de crecimiento.

No han gustado, además, las declaraciones del técnico tras la dura derrota de Eindhoven: “No tiramos nada, y volvería a hacerlo todo igual”. Pero la Juve, ante el PSV, mostró los defectos que causaron sus 13 empates ligueros. Ante un rival que defensivamente no es imbatible, los bianconeri cedieron completamente la iniciativa, sin presionar casi nunca en la mitad de campo rival. Se cuestionó la decisión de dejar a Yildiz en el banquillo en el once inicial, así como la apuesta por un Koopmeiners que tenía fiebre en lugar de un Thuram cuyo rendimiento estaba siendo muy positivo. Los cambios, además, llegaron tarde (solo a partir del 77′), a pesar de un equipo evidentemente cansado. En Holanda, los juventini se derritieron en la reanudación, como ocurrió contra el Nápoles tras una primera parte positiva, tanto en el Maradona como en el Philips Stadion. Y la condición física general también es un tema de preocupación, considerando la larga lista de lesiones musculares que han marcado el curso.

Motta tendrá que responder a todas estas dudas con una racha positiva que asegure un puesto en la próxima Champions y disipe las incógnitas. Y ver si eso será suficiente.

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