Neymar en Santos: mansiones, helicóptero privado, críticas por su bajo nivel y un socio futbolístico argentino al caer
El astro recibió cuestionamientos en los dos partidos que disputó en su regreso al club que lo vio nacer
LA NACION, Claudio Mauri
Llegaba a los entrenamientos en helicóptero privado y acaba de comprarse tres mansiones en el Morro Santa Terezinha, con vistas a la playa y Vila Belmiro, valuadas entre 1,5 y cinco millones de dólares. Con sus nuevas propiedades, por la cercanía con el centro de entrenamiento, supuestamente no va a necesitar más llegar por la vía aérea, lo que le valió no pocos cuestionamientos de ambientalistas por la emisión de gases contaminantes.
Por ahora, los lujos de Neymar pasan más por su estilo de vida en el regreso a Brasil que por lo que demuestra en la cancha. Es cierto que hasta el momento solo disputó 120 minutos distribuidos en dos partidos de Santos por el Torneo Paulista, muy poco tiempo para evaluar a alguien que, de los últimos 481 días, pasó 460 recuperándose de lesiones. La más grave, una rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda sufrida en octubre de 2023, en el Centenario, durante un encuentro de las eliminatorias entre Uruguay y Brasil.
A los 33 años recién cumplidos, Neymar volvió al fútbol brasileño después de 11 años y medio en el extranjero, cumpliendo varios de sus objetivos, como haber jugado junto a Lionel Messi y haber conquistado con Barcelona el triplete (Liga de España, Champions League y Copa del Rey) en la memorable temporada 2014/15, pero también con alguna ilusión personal rota, especialmente la de no haber sido en determinado momento el mejor jugador del mundo, con un Balón de Oro entre sus manos.
Este último objetivo ya está archivado, pero todavía le queda la misión de recuperar la magia futbolística para liderar a Santos, el club de Pelé que también es su cuna, y reinsertarse en un seleccionado que nunca suplió su cuota de talento para asegurar la clasificación al Mundial, cuya conquista es otro casillero por completar en la carrera de Ney.
Los 45 minutos que jugó contra Botafogo SP y los 75 frente a Novorizontino, con solo 72 horas de separación entre un encuentro y otro, dieron una pauta de que todavía le falta bastante para parecerse al que fue. En un país en el que la crítica futbolística desprecia la moderación para moverse entre los extremos de la adoración o la defenestración, Neymar ya está lidiando con comentarios severos. El columnista Milton Neves fue sarcástico: “Neymar acabará consagrando incluso a defensores mediocres”. Otra opinión con penetración en Brasil es la del periodista Juca Kfouri: “Neymar no tiene el ritmo para jugar al fútbol profesional, ni contra el Novorizontino, ni contra nadie, no gana ningún duelo. Tendrá que entrenarse mucho, correr mucho para volver a ser lo que llamamos un jugador de fútbol”.
Más allá de algunos movimientos con su plasticidad habitual, Neymar salió mal parado en la planilla de datos: en la suma de los dos partidos perdió 37 pelotas, aunque exigió que le cometieran nueve foules, uno cada 14 minutos. Contra Botafogo SP solo pateó una vez al arco y el intento que hizo contra Novorizontino fue bloqueado por un defensor. En el segundo encuentro fue titular por primera vez, sin poder completar ninguna de las siete gambetas que intentó. Y aumentó considerablemente el número de pérdidas con respecto a su debut, 24 contra 13.
Este miércoles, Santos visitará al Corinthians de Ramón Díaz. El entrenador portugués Caixinha, que tuvo un paso por Talleres de Córdoba, no aseguró la presencia de Ney desde el arranque: “Todavía no tiene ritmo, pero sí muchas ganas. El compromiso al que llegamos es que no puede ir al límite y romperse. Debemos tener mucho cuidado. Por el bien de todos. Por el bien del fútbol”.
La intención de Caixinha es que Neymar ejerza una función posicional “a lo Messi”, más alejado de la banda izquierda para centrarse y buscar espacios a espaldas de los volantes rivales.
Los movimientos institucionales de Santos son en función de Neymar. El club modificó la idea de enfrentar el domingo próximo a Agua Santa en el césped sintético del Allianz Parque de San Pablo. Lo explicó su presidente, Marcelo Teixeira: “Entendimos que en este momento es necesario tomar precauciones por Ney, que tuvo algunos problemas en la recuperación muscular. La idea es que vaya adquiriendo más ritmo sobre césped natural”.
Recién ascendido tras un año en segunda división, y sin copas continentales que afrontar, Santos apunta también a rodear al N° 10 con varios refuerzos. Concretó siete incorporaciones, la más importante, la del media-punta argentino Benjamín Rollheiser, que estará viajando en las próximas horas desde Portugal, en una operación por 11 millones de euros por el 85 por ciento del pase. Es el segundo monto más alto que pagó Santos en la historia por un futbolista, detrás de los 13 millones que desembolsó hace más de una década por Leandro Damião.
Rollheiser, separado en su momento durante un semestre del plantel de River por no llegar a un acuerdo para renovar el contrato, se sumó a Estudiantes a mediados de 2022 con el pase en su poder. En el Pincha marcó 13 goles y dio ocho asistencias en 83 cotejos. Fue campeón de la Copa Argentina. A principios de 2024 pasó a préstamo (un millón de euros) a Benfica, que en julio adquirió su pase en 9,5 millones. No pudo asentarse ni tuvo continuidad en el fútbol portugués, del que se despide con dos tantos y una asistencia en 27 partidos (solo cinco de titular). La prensa portuguesa señala que Rollheiser, de 24 años, hizo una muy buena pretemporada, pero luego se lesionó y pasó a un segundo lugar en la consideración del entrenador Bruno Lage, reemplazante a mediados de 2024 de Roger Schmidt, que había aprobado la contratación del zurdo de Coronel Suárez.
Rollheiser había sido ofrecido a Atlético Mineiro, pero el director técnico Cuca lo descartó porque la prioridad es traer un delantero (Rony, de Palmeiras). Rollheiser no llega a tiempo para ser inscripto en la etapa inicial del Torneo Paulista. Tendrá lugar si Santos se clasifica para los cuartos de final, cuando Neymar quizá ya esté más aceitado para recibir a un socio argentino.