La disputa para designar al futuro secretario General de la OEA enfrenta dos proyectos geopolíticos que se alinean con EEUU y China
Durante casi tres horas, el canciller paraguayo Rubén Ramírez y el ministro de Relaciones Exteriores de Surinam, Albert Randim, presentaron sus proyectos para liderar al foro regional. Randim guardó silencio frente a la posición ideológica de Beijing y la situación institucional en Venezuela, Cuba y Nicaragua
Infobae
La disputa electoral entre el canciller de Paraguay, Rubén Ramírez, y el ministro de Relaciones Exteriores de Surinam, Albert Randim, para ocupar la secretaria General de la OEA, en sucesión de Luis Almagro, exhibe la confrontación global que protagonizan Estados Unidos y China.

En este contexto, cada uno de los candidatos fue consecuente con su perspectiva del mundo y su alineamiento con la agenda internacional. Cuando terminaron las presentaciones formales de Randim y Ramírez, se abrió a una ronda de preguntas sobre asuntos clave para la OEA y su rol en América Latina.
Randim contestó con una generalidad: “Este hemisferio tiene sus reglas. Cumpliré con las reglas”, dijo el candidato de Surinam sin mencionar a China, Venezuela, Cuba y Nicaragua.
“Cuba, Venezuela y Nicaragua deben volver al sistema democrático, tienen que tener gobiernos respetados”, aseguró Ramírez cuando fue su turno para contestar la pregunta del diplomático americano Hastings.
Y sobre China y su influencia en la OEA como país observador, el candidato paraguayo alertó: “Tenemos que tener en cuenta los objetivos de la organización, y los condicionales sobre los donantes”.

El embajador de Uruguay, Washington Abdala, también preguntó sobre Venezuela y la situación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tras el recorte presupuestario que definió Trump para determinados proyectos del organismo multilateral.
Randim no hizo una sola referencia sobre Venezuela y la CIDH, que es un resorte de la OEA con prestigio absoluto.
“La democracia y las instituciones son clave”, contestó Ramírez respecto a las preguntas del embajador Abdala.
Además de Estados Unidos y Paraguay, los embajadores de Canadá, Bolivia, Paraguay, Chile, Belice, Surinam y México aprovecharon sus minutos para conocer las posiciones de Randim y Ramírez sobre igualdad de género, cambio climático, inmigración, delitos trasnacionales y la reconstrucción burocrática de la OEA.
Argentina también participó de la sesión extraordinaria del Consejo Permanente, pero se dio una compleja situación diplomática: antes del inició de las deliberaciones, 10 AM (hora del este), la embajadora Sonia Cavallo fue desplazada por Javier Milei. Cavallo fue muy buena embajadora, y su mandato terminó por las internas políticas en Argentina.
Randim y Ramírez coincidieron -en lo formal- cuando contestaron las preguntas de los embajadores que participaron en esta primera etapa del proceso institucional que desembocará en la elección del sucesor de Almagro. En realidad, detrás de las respuestas protocolares, se enfrentan dos perspectivas distintas sobre el mundo, el poder y la democracia.
“Es nuestro deber colectivo prevenir las causas de conflictos y garantizar la solución pacífica de controversias, buscar conjuntamente soluciones a los retos políticos, jurídicos y económicos y fortalecer la paz y la seguridad en todas las regiones”, aseguró Randim en su presentación inicial de veinte minutos.

A continuación, Ramírez fijó las bases de su programa como secretario General de la OEA. También dispuso de veinte minutos.
“Proponemos el diseño de una organización más humana y cercana a la gente que responda a esta nueva realidad hemisférica retornando a los fundamentos de la OEA”.
Y completó: “La promoción y el respeto a los derechos humanos son parte esencial de la vida en democracia. Si queremos más democracia, debemos fortalecer la vigencia del sistema de DD.HH. La OEA debe ser una protagonista en esta tarea”.
La elección está prevista para el 10 de marzo. Aún no se conocen la posición de Estados Unidos, Canadá, Brasil, México y Colombia.
Randim y Ramírez están en virtual empate. Los dos aguardan que Trump defina su posición política, y que no haya un tercer país que intente capitalizar la paridad que protagonizan los candidatos de Surinam y Paraguay.