Justicia con el paladar de Independiente

El Rojo se repuso rápido de la caída ante River: gustó, ganó 3 a 0 en Avellaneda ante Vélez y está nuevamente en la cima de su zona.

Lautaro Androszczuk
TyC
Desde el comienzo de esta columna tengo que pedir disculpas. Voy a ser muy injusto. No voy a hablar sobre la destacada actuación grupal del Independiente de Julio Vaccari en el 3 a 0 ante Vélez en Avellaneda que lo dejaron como el líder de su zona. Es realmente improcedente que no ocupe más espacio en este texto sobre Gabriel Ávalos, que convirtió dos goles típicos de un nueve que está donde tiene que estar y se subió a la cima de la tabla de goleadores.
No es correcto que apenas haga una breve mención a la figura de Kevin Lomónaco, un defensor que toma riesgos y hasta es importante en la creación de juego. Debería tomarme un tiempo para ocuparme del encantador atrevimiento con el que juega Santiago Montiel. Felipe Loyola realmente se merece un párrafo con loas a su empuje, a su tenacidad a la hora de presionar y su capacidad para pisar el area rival.

Mismo caso el de Diego Tarzia, una de las grandes apariciones provenientes de Domínico, que tuvo una entrega y un nivel que justifican que cada vez sea más difícil de sacarlo. Me gustaría ya tener más precisiones de la lesión de Lautaro Millán y poder llevar tranquilidad al hincha en estas líneas.

Necesito que me perdonen lo impropio de pasar todo esto por alto pero Independiente tiene en Luciano Cabral un 10 que con sus toques de distinción está siendo una pieza clave. Pero no solo para torcer el rumbo de un partido como lo hizo con pase picante o un gol fabuloso sino también para encender la ilusión en el hincha. Ver a un 10 que va al frente y que está dispuesto a regalarle al hincha esas pinceladas que le dibujan una sonrisa y le sacan unos aplausos.

Que se entienda, Cabral no es la única justificación del momento del Rojo. El 10 es la fantasía que ablanda hasta a los más escépticos, que queremos bajar un cambio porque recién comienza el campeonato. Pero Independiente está mostrando una identidad que se está ganando la confianza de su gente. El equipo se hace cada vez más fuerte en el Libertadores de América y la recuperación que mostró ante Vélez después de lo que fue la derrota en River alimenta la ilusión.

Independiente está forjando una columna vertebral en la que se puede comenzar a erguir un buen equipo. Porque en realidad, lo justo es destacar a todo el equipo que redondeó un 3 a 0 que es una delicia para el paladar del hincha.


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