EVERTON 2 - LIVERPOOL 2 / El Everton desquicia a Salah
Los locales empataron en el 97′ el último derbi de Merseyside en Goodison Park. Salah fue el mejor, con gol y asistencia.
A principios de diciembre, la tormenta Darragh causó estragos en el norte de Inglaterra. Los fuertes vientos impidieron que se disputase el Everton – Liverpool. El miércoles, los dos equipos de la ciudad en la que desemboca el río Mersey recuperaron su cita pendiente. Y vaya cita. Salah creyó haber decidido el último derbi en la historia de Goodison Park, la que ha sido la casa toffee desde 1892. Pero fue Tarkowski, en la última acción del duelo, quien desató el delirio. Fue el empate más celebrado.
Salió intenso el Everton, auspiciado por el ánimo de la grada en un día grande para los de azul. Más aún después de que la llegada de Moyes haya servido para mejorar la dinámica de un equipo que, de la mano del escocés, empieza a alejarse de los puestos de descenso. El Liverpool estuvo paciente, moviendo el esférico, buscando espacios y, de paso, conteniendo el ánimo local. Su calma se volvió somnolencia. Y los locales, despiertos, lo aprovecharon en el minuto once. Branthwaite sacó rápido una falta en el centro del campo que encontró la carrera de Beto. El de Guinea-Bissau se plantó ante Alisson y lo batió con un tiro raso.
Se vino arriba la hinchada local, pero el cuadro visitante rebajo los decibelios con una respuesta rápida. Tras una buena combinación en la banda derecha, Salah colgó el balón al área y Mac Allister cabeceó hacia atrás, de espaldas a la portería. Pickford acompañó el remate, creyendo que iba fuera. Fue adentro. Quiso rehacerse el Everton, pero antes de alcanzar la media hora perdió a su jugador más desequilibrante. Ndiaye se lesionó en el minuto 25 tras una entrada de Szoboszlai. Ahí terminó el trasiego inicial. El partido cayó en el tedio posteriormente sin que se produjese un disparo entre los tres palos hasta el descanso.
A la vuelta de vestuarios, el Everton tomó la iniciativa. Los de Moyes se enchufaron nuevamente con dos ocasiones que terminaron con sendos remates desviados. El de Doucouré y el de Harrison. Goodison reclamó penalti a la hora de juego, al entender que Konaté interceptó el balón con la mano. Lo revisó el VAR, no hubo pena máxima. Cuando más creían los locales en sus posibilidades, los visitantes volvieron a golpear. Otra vez. Apareció Salah, como siempre, para ayudar a su equipo a dejar atrás la eliminación copera frente a un segunda y poner la directa hacia el título de liga. El Liverpool colgó el balón al área, y el Everton no acertó a despejar. Branthwaite despejó el intento de Szoboszlai, pero el esférico le cayó a Salah. El máximo goleador de la Premier League controló con calma y mandó el balón a la red cuando Pickford y un defensa se le echaban encima.
Resonó el You’ll Never Walk Alone cuando el reloj se acercaba al quinto minuto de añadido. Se vio ganadora la hinchada visitante. Hasta que se impuso el caos. A la desesperada, después de un pésimo control, Mykolenko mando la pelota a la olla. Después de una prolongación, ésta le quedó a Tarkowski. Gol, empate e invasión de campo en medio de la incredulidad generalizada. Corrieron los jugadores, también los aficionados y también la seguridad, mientras el VAR revisaba la acción y terminaba por dar su visto bueno. Fiesta en Goodison. Un empate que sabe a derrota para los visitantes, y a victoria para los locales… y para los perseguidores del Liverpool.