El otro Independiente

El Rojo igualó ante Platense en otra actuación floja de visitante, en la que jugó poco y se lo vio incómodo. A tomar nota.

Lautaro Androszczuk
TyC
El formato que presenta este torneo en el que clasifican ocho equipos por grupo baja un poco la histeria de cada punto ganado o perdido. Por eso, más allá de la bronca del empate de Platense sobre el final, Independiente se mantiene tercero en la tabla y sería impropio hacer un escándalo por las dos unidades que se escurren sobre el cierre. Sin embargo, el llamado de atención de cómo el Rojo baja su nivel fuera de Avellaneda es para tener en cuenta.

Independiente salió a la cancha a intentar jugar como si fuera local, al menos desde lo posicional. El ingreso como titular de Luciano Cabral encendía la ilusión de tener una buena tarde de fútbol, yendo a ganar desde el vamos. Sin embargo, el rival también juega, corre, mete y mucho. Platense mordió y presionó a los de Julio Vaccari en casi todo el partido e impuso sus condiciones. Si bien no es que el Calamar lo pasó por arriba ni mucho menos, es imposible negar la incomodidad con la que el Rojo jugó en el Ciudad de Vicente López.

La propuesta de batalla y roce la ganó en varios pasajes el local que lo dejó a Independiente reducido solo al sostén desde el arco de Rodrigo Rey, las salidas de Kevin Lomónaco y algunos cortes de Iván Marcone. Casi nada de la idea inicial se pudo ver en la cancha y aunque sea difícil marcar esto sin sonar exagerado, el entrenador deberá tomar nota de estos partidos.

Esta vez no apareció la calidad individual propia para ganar como sucedió en Córdoba, o la ajena que lo hizo volverse sin nada del Monumental y por eso no pasó del empate en dos jugadas con tanta cuota de azar que no merece mucho análisis. La imagen de Independiente jugando de visitante sigue sin ser la mejor. En esta ocasión no fue por ser superado futbolísticamente sino por cómo el rival supo incomodarlo en todo momento y sin tener que apelar al juego brusco. Platense trabajó el partido a su manera e Independiente no supo sacarlo de ahí.

Este sábado, cuando el Rojo vuelva a jugar de local ante Instituto, seguirá tratando de edificar ese Independiente que sale a ganarlo de arranque, a jugarlo a su manera y que con el plus de su gente le copa la parada al rival. A la par, tendrá que estar la mano del entrenador para también forjar a un Independiente más bicho para jugar a otra cosa cuando el partido así lo pide.     

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