Champions (Playoff) | Brujas 2 - Atalanta 1 (Ida) / Más bruja que Cenicienta

El Brujas (24º en la clasificación de la fase liguera) gana 2-1 al Atalanta (9º) con un gol de Jutglà y otro de Nilsson en el añadido desde un penalti un tanto polémico. Gasperini se quejó ostensiblemente sobre el césped.

Iván Cordovilla
As
El Brujas pasó como el último clasificado para estos playoff pero le compitió de tú a tú con el Atalanta, el noveno en la liga. Tanto, que los italianos tendrán que sudar en Bérgamo para remontar y eliminar a los belgas, que se llevaron un resultado mejor de lo esperado gracias a un polémico penalti.

Jutglà materializó unos primeros quince minutos de acoso belga. Sobre todo a la contra, el Brujas estaba siendo un dolor de cabeza para la defensa del Atalanta. Especialmente Talbi, espectacular desde la banda derecha. Él fue quien robó un pase tétrico de Hien, quien hizo un pase en horizontal de los que te prohíben en benjamines. El joven extremo robó y se la puso a Jutgà, quien controló y remató rápidamente de volea para hacer un golazo.

El Atalanta empezó a animarse, especialmente por las bandas. De Keteleare amenazaba por la banda derecha y Zappacosta por la izquierda. Un centro del segundo a la cabeza de Pasalic sirvió para empatar el partido. Se lo merecía el Atalanta, quien siguió apretando hasta el final.

Con la segunda parte, el ritmo aumentó y los errores, más belgas que italianos, iban llegando. Zappacosta cabeceó al palo y Samardzic falló una ocasión clarísima. Como la que desaprovechó De Ketelaere, un poco tímido hasta entonces, con un disparo liberado desde la frontal del área que obligó a Mignolet a echar a volar para evitar el gol.

Ya en el minuto 93, llegó la polémica. Hien le pegó con la mano en la cara a Nilsson y el turco Halil Umut Meler señaló un penalti que muchos árbitros no habrían señalado. El VAR lo chequeó, pero no le invitó a corregirlo. Y el propio delantero fue quien batió a Mignolet desde los once metros. Gasperini amagó con irse al vestuario como protesta por el penalti y se le vio claramente afectado en el banquillo. Una reacción de impotencia que repitieron sus jugadores sobre el campo tras el pitido final.

Un final de partido que deja muy mal sabor de boca al Atalanta por cómo terminó el partido, siendo muy superior al equipo local. Pero lo fiará todo al partido de vuelta en el Gewiss Stadium. Para entonces, ya serán conscientes de que el equipo de enfrente es más bruja que Cenicienta.

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