Atlético 2 - Mallorca / 0 ...Y volver a ganar

El Atlético regresa a la victoria en Liga tras superar a un difícil Mallorca que incomodó con los cambios. Lino adelantó a los del Cholo, Griezmann mató. Darder y Roro se toparon con el travesaño.

Patricia Cazón
As
Era el 93’ cuando Sorloth iniciaba esa contra fulgurante, para que Roro buscara a Grizi y el Metropolitano exhalara todos los nervios a la vez. Vaselina del francés ante la salida de Greif, 2-0 y bendita tranquilidad ante un Mallorca que buscó el empate hasta ese momento, el descuento, el tiempo de este Atleti. Pero en el día en el que se cumplían once años sin Luis, su Atleti regresaba a la victoria en la Liga con el dedo de su estatua, esa levantada por los aficionados en el exterior del estadio, marcando el camino: “Ganar y ganar y volver a ganar”. Siempre hay que seguir los consejos de un Sabio.

El Mallorca no comenzó mal, con balones largos para Larin y Muriqi que rascaban a un Simeone que se guarecía con la firmeza atrás de tres hombres: Lenglet de regreso, Le Normand cerca de su versión antes del golpe en la cabeza y un Reinildo eficaz en el lateral zurdo. Febrero empezaba y para el Atleti el partido amanecía con un quitarse de encima balones que sobrevolaban su área con silbidos de bomba, el Mallorca dueño de todo, tratando de huir de su enero con todo derrotas. Los pies de Darder y Dani iniciaban las jugadas buscando a sus delanteros mientras el Atleti a Greif solo le miraba de lejos. Y eso que la grada empujaba con ese cántico, esta tarde muy alto y profundo a la vez. “Luis Aragonééés...”. Mejor gasolina imposible para un partido de masticar.

Buscó el gol Barrios con un latigazo desde la frontal y lo encontró Lino después de Le Normand le robase un balón a Muriqi en el centro del campo. Giuliano aceleraría la contra con su endiablada electricidad y, mientras Raíllo perseguía a Sorloth, Lino encontraba vacío el pasillo para llegar al área, pensar y decidir bien. Zurdazo cruzado y Greif batido. 1-0. El brasileño también está volviendo a esa versión en la que nadie añoraba a Carrasco. Antes del descanso, Greif volvía a tirar de reflejos para sacarse de encima un remate a bocajarro de Giuliano que hubiera sido el 2-0. El pase al Cholito, por cierto, de oro, se lo había vuelto a servir Julián. El Mallorca se desajustaba en defensa, como si febrero siguiese siendo enero por mucho que Arrasate hubiera salido amurallado con cinco atrás. En ataque Muriqi y Larin eran como Coca-Cola agitada y abierta. Sin ápice de gas.

El despertar del Mallorca

La segunda parte cambió, sin embargo, como si en el descanso Arrasate hubiese recordado que para empatar debía atacar. Cogió aire el Mallorca y volvió al plan de los balones en largo para afilarse. Julián se iba tras eludir la amarilla. Y también Giuliano, que dejaba su sitio a Barrios mientras Gallagher ponía más pierna en el pivote con Koke. También comenzaba el tiempo de Griezmann. Un Griezmann que nada más salir se lanzaba a rematar en la línea un centro tenso de Le Normand que no alcanzó por un pelo. Con la entrada de Navarro y Asano, quien le sacó a Le Normand la amarilla, quinta y adiós derbi, el Mallorca hacía mejor digestión de los cambios.

Darder se topaba con el larguero en una falta y Reinildo despejaba con la cara un remate de Asano que volaba hacia Oblak con toda intención. Gallagher regaba con la sangre de su tibia la hierba, tras una entrada de naranja oscuro sobre el debutante Salas, cuando el partido se rompió. Ocasiones de ambos, los dos con peligro y una falta de Roro al larguero. Todo lleno de nervios hasta que llegó Grizi con su vaselina para el 2-0 bajo ese grito: “...Y volver a ganar”. Y después el Madrid perdía. La Liga en un punto. Y el derbi en una semana.

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