Tenis | Open de Australia / Keys bate a Swiatek, se mete en la final y asegura el uno de Sabalenka

La estadounidense, subcampeona del US Open 2017, sorprende a la polaca para pelear por un título de Slam ocho años después.

Nacho Albarrán
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“Estoy intentando asimilar todo lo que ha sucedido. Sí, estoy en la final, ¡wow! El partido ha sido de mucho nivel, ella ha jugado muy bien y yo he luchado por seguir dentro. El tercer set ha sido una batalla. Poder estar en la final de nuevo es un sueño”, le dijo Madison Keys a la extenista local Casey Dellacqua después de remontar y completar la hazaña de ganar a Iga Swiatek en las semifinales del Open de Australia: 5-7, 6-1 y 7-6 (8) en 2h35.

Pasada la medianoche en Melbourne, la estadounidense de 29 años y 19ª del mundo, demostró que la vida en ocasiones ofrece segundas oportunidades. En 2017 fue semifinalista del US Open y no pudo con Sloane Stephens, que está en horas bajas, al contrario que ella. Y ocho años después intentará ganar por fin un Grand Slam, aunque para ello tendrá que batir a la bicampeona y número uno del mundo, Aryna Sabalenka. Esa cita será el sábado (09:30, Eurosport).

El efecto colateral de la victoria de Keys es que Swiatek, que aspiraba a recuperar el liderato del ranking, ya no podrá hacerlo, porque necesitaba ser campeona para desbancar a la bielorrusa, que disputará el partido por el título sin esa presión.

Resistencia

“Al final del primer set ya estaba jugando mejor tenis, he mantenido eso en el segundo y me he podido asentar. En el tercero ha habido mucho alto y bajo, muchos puntos clave. ¿Ha tenido ella un punto de partido? No, creo que no. Ah, sí, sí ha tenido uno. Siento que me he olvidado de todo. He querido mantenerme, seguir luchando, y al final he ganado en un supertiebreak con final dramático”, analizó Madison, haciendo referencia a la opción de ganar que tuvo su rival, la polaca de en el duodécimo juego de la tercera manga. La americana aguantó los cambios de dirección de la polaca de 23 años, ganadora de cuatro majors, y sus bolas pesadas para forzar el desempate que le devolvió a la gloria.

“Las dos estábamos luchando contra los nervios, viendo a ver quién ganaba el último punto y quién era la mejor. Estoy feliz por haber sido yo”, afirmó Keys, que espera un partido complicado ante Sabalenka. “Creo que el sábado ella le pegará duro, no espero puntos largos. Tengo ganas del desafío, pero está muy lejano de mi cerebro todavía. Este viernes, abrazaré a mi equipo, intentaré disfrutar de todo y me prepararé para la final”.

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