Real Madrid-Las Palmas / Mbappé lidera al líder
Excepcional actuación del francés, con doblete y participación en los cuatro goles, y de Rodrygo en el mejor Madrid del año. Volvió Alaba 399 días después.
Era un fin de semana de acción y en el Bernabéu sonaron tiros antes de la intro. El primero, a los 27 segundos, alcanzó de lleno la hasta ahora quebradiza moral del Madrid. También la de Lucas Vázquez, que dejó su espalda al descubierto para que Fabio Silva fusilara a Courtois previa internada de Moleiro y centro preciso de Sandro. Demasiado pronto para defenderlo ante un Madrid que presumiblemente iba a desatarse. Fue el momento Moleiro, duende en tierra de duendes, tan bonito como breve.
Lo que vino después también confirmaba los pronósticos: dos equipos que atacan bien, sobre todo el Madrid, y defienden mal, sobre todo Las Palmas. A Brahim se le fue un gol hecho a puerta vacía, Fabio Silva estrelló un tiro en el lateral de la red, Cillessen metió una mano de ángel a tiro de Mbappé desviado por McKenna. Y, finalmente, el empate, un regalo de Sandro, que sin cautela mandó al suelo en área propia a un Rodrygo que iba de retirada. Un delantero en área propia normalmente acaba siendo un entrometido. Lo transformó Mbappé, que antes veía la portería como un joyero y ahora como un hangar. Créanlo, no eran los highlights, era el partido.
Un vendaval blanco
Por la delgadez de la plantilla, la abundancia de lesiones y los gustos personales, a Ancelotti le sale un once casi de carrerilla semana a semana. Para empezar, el que se enfrentó a Las Palmas, sin los sancionados Modric y Vinicius, sin el lesionado Camavinga y sin el caído de última hora Tchouameni, que hubiese quedado amnistiado por el público gracias a la mediación de Leganés y Getafe. Difícilmente volverá a ser central, esa corazonada de Ancelotti que acabó siendo una cabezonada. Un equipo con Rodrygo en la izquierda, definitivamente su jardín. Ahí se sintió desbordante, profundo y feliz. Enorme su partido.
Las Palmas, que también tiene sus bajas, presentó un equipo cauteloso, con un defensa profundo, Mika Mármol, como pivote defensivo. No le sirvió para protegerse mejor, porque por tradición y por plantilla es un equipo que respira con la pelota y se ahoga si se la quitan.
El Madrid, ante la gran ocasión para espantar a la competencia, se la quitó. Ataque contra ataque, el equipo de Diego Martínez tenía todas las de perder. Y a perder empezó cuando se descamisó Mbappé, un vendaval. Remolcado por el equipo hasta San Mamés, hoy es la locomotora del líder. En tres minutos preparó el 2-1, con un trallazo que rechazó como pudo Cillessen para quedar después indefenso ante Lucas Vázquez y Brahim, el ejecutor final, y para hacer, en primera persona, el tercero, en remate de primeras cerca de la escuadra. También le anularon un tercer tanto, a pase del fabuloso Rodrygo, por uno de esos fueras de juego de interferencia cuya interpretación ha sido tan manoseada que ahora hay que ir a mirar el último manual de instrucciones, y mandó un tiro raso al palo. Era el mejor Madrid del campeonato, no solo en juego, sino en voluntad, en intensidad, en presión y en ambición. Y el Mbappé que llevaba un lustro tratando de fichar el Madrid.
Rodrygo y la roja
En el descanso, Las Palmas decidió que ya no merecía la pena pelear el partido, sino sacar el paraguas. Diego Martínez ordenó una defensa de cinco para enladrillar las transiciones del Madrid, pero no había vacuna para detener la hemorragia. Antes de la hora de juego todo había acabado: Rodrygo metió el cuarto en jugada iniciada por Mbappé, el principio de todo.
Las Palmas quedó definitivamente a la intemperie cuando Benito fue expulsado por un planchazo de artes marciales que marcó la cadera de Lucas Vázquez. Llevaba 18 minutos en el campo. Una situación tan extraordinariamente favorable dio margen para todo: la vuelta de Alaba, minutos para Arda Güler y Endrick, que el jueves se reveló como tigre enjaulado, premios para los canteranos Chema y Lorenzo Aguado, un gol genial anulado (tercero de la tarde) a Valverde y cierto relajo final para pensar en la Champions. Ya está Mbappé y ya ha vuelto el Madrid.