NBA / A vueltas con la ‘crisis del triple’
Adam Silver ha vuelto a hablar del exceso de triples en la NBA y apunta a posibles cambios en un futuro próximo: “Lo arreglaremos”.
Pero sí es válido el debate en cuanto a la homogeneización excesiva del baloncesto, a que los perfiles de jugadores son más planos, con menos variedad, y que la evolución hacia la máxima eficiencia lleva también a partidos muchas veces similares, con todos los jugadores abiertos y de cara al aro y la resolución pendiente poco más que de esos porcentajes. En constante progresión, los equipos lanzan esta temporada el 41,4% de sus tiros desde más allá de la línea de tres. y los Celtics, que ganaron el último título en gran parte porque llevaron esa fórmula a su máxima expresión y a su visión más perfecta, van camino de ser, en este curso, el primer equipo que lanza más de tres que de dos: ahora 49,3 intentos por noche de los 90,9 que lanzan en total. Seis equipos están ya por encima de los 40 triples por noche.
El comisionado Adam Silver, atento siempre a las marejadas que rodean los estados de opinión de la NBA, ha vuelto a hablar sobre este asunto. Lo ha hecho en The Herd, el programa de Colin Cowherd, y con más claridad que nunca. Y un espíritu vocalmente intervencionista: “Como vigilantes del juego, y Joe Dumars es el que dirige nuestro comité de competición, haremos cambios, ajustaremos y corregiremos los problemas. ¿Cómo lo cambiaremos? Yo también creo que se llega a un punto en el que se ven muchos equipos con estilos de ataque muy parecidos. Los equipos tienen que tener marcas, identidades. Dumars jugó en los Bad Boys de los Pistons, los Lakers se enfrentaban a ellos con el Showtime… No hay duda de que eso lo perdemos si los equipos empiezan a ser todos muy parecidos en ataque. Pero, al mismo tiempo, la NBA está en plena transformación. Jugadores como Victor Wembanyama o Nikola Jokic hacen cosas que los pívots jamás habían hecho en este juego. Hace no tanto, el debate era si faltaba talento y si el juego se había vuelto demasiado físico. Que se jugaba demasiado debajo del aro, que había pívots que no metían los tiros libres... Ahora no hay pívots que fallen muchos tiros libres, si nos ponemos a comparar generaciones. Así que creo que hay que tener cuidado. No se trata de, como si fuera un acto reflejo, simplemente retrasar la línea de tres puntos. Estamos en un proceso, viendo qué cosas habría que retocar. Ojalá fuera tan fácil como retrasar la línea de tres y ya está. Entonces lo haríamos. También está la opinión de que retrasarla congestionará mucho más la zona, y eso tampoco sería bueno”.
Después, durante el paso de la NBA por París, donde jugaron dos veces Spurs y Pacers la pasada semana, el comisionado volvió a hablar, en su comparecencia ante los medios, de este asunto. Otra vez, habló de buscar soluciones, pero no dio detalles ni pistas porque desde luego no es fácil imaginar por dónde van a ir los tiros del intervencionismo de la competición en este asunto: “Escucha las críticas, y creo que no hay sobrerreacionar, pero hay ajustes que se pueden plantear. No estoy seguro de qué es lo mejor, pero sí que creo que las estadísticas avanzadas llevan los deportes (no solo la NBA) hacia una determinada dirección porque el trabajo de los entrenadores y los directivos es utilizarlas para ganar. Ellos no tienen que estar necesariamente preocupados por la parte estética del juego. Eso lo tenemos que hacer nosotros y nuestro comité de competición. Ahí tenemos que ver cómo lo hacemos, equilibrar todos los intereses. Ellos jugarán dentro de las normas, intentando aprovecharlas para lograr los mejores resultados. Nosotros tenemos que ver si cambiamos esas normas porque tenemos que pensar en la parte visual, el atractivo del juego. Tenemos que asegurarnos de que siempre hay un tono competitivo, una tensión. Y eso tiene que ver con la parte física del juego. Creo que de le que se quejan los aficionados no es tanto la distancia desde la que se tira como el nivel de dificultad que tiene el tiro. Eso es importante. ¿Parecen ahora tiros demasiado fáciles para los aficionados? Creo que a ellos les gusta la parte física, la pelea de los partidos. Y no queremos que eso se pierda". Mientras, consejeros como el mismísimo Mike Mike Krzyzewski, Coach K, ha advertido a Silver que tenga cuidado con los cambios, porque pueden acabar teniendo un efecto contrario al deseado.
Hay que recordar que, esta misma temporada, LeBron James dijo que había “demasiados putos triples” en la NBA cuando se le preguntó sobre las malas audiencias y el poco prestigio que tiene ahora mismo el All Star Game. Y el propio comisionado reconoció, en diciembre y cuando se jugó la fase final de la NBA Cup, que este era un asunto que preocupaba a los jugadores, que le habían expresado que el juego se estaba volviendo demasiado homogéneo y que eso los obligaba a encajar en determinados roles sin explotar del todo su esencia, sus virtudes. La cuestión es que, con los actuales niveles de talento y de acierto, el tiro de tres es más eficiente, mucho más desde luego que los lanzamientos de dos puntos que se hacen fuera de la zona, y el juego ha evolucionado hacia un estilo más matemático, basado en anotar o de tres o en tiros de muy alto porcentaje, debajo del aro.
Veremos si Silver piensa de verdad en introducir cambios, porque es un campo arriesgado y que transformaría el baloncesto. Ideas hay para todos los gustos: eliminar totalmente la línea de tres, quitar solo los triples desde las esquinas, añadir una línea de cuatro puntos, poner un tope de triples por equipo (ya sea por partido completo, en cada cuarto…), hacer que los mates valgan tres puntos también, permitir de nuevo el hand check (el contacto de los brazos del defensor con los atacantes) más allá de la línea de tres… Algunas interesantes, otras peregrinas. Veremos qué va decidiendo y cambiando, o no, la NBA, porque lo que es indudable es que Adam Silver habla de este asunto de forma cada vez más franca. Así que algo se mueve.