Lección magistral de Flick al descanso
Ni aspavientos, ni broncas, ni gritos. El técnico alemán cogió la pizarra y empezó a corregir los errores uno por uno. El resultado: 1-4 en la segunda parte
En el descanso se produjo el ‘milagro’. Flick empezó a dar una serie de consignas, tanto individuales como colectivas, para revertir la situación. Para empezar, pidió a la defensa mejores vigilancias y coberturas, haciendo especial hincapié a que Ronald Araújo fuera el que marcara la línea de fuera de juego. También se instó a Pau Cubarsí que buscara el desplazamiento largo, y a los carrileros, que acompañaran en la salida de balón. A Marc Casadó le requirió mayor atención en la presión post pérdida, mientras que a Pedri y Gavi que fueran a buscar a su compañero para encontrar soluciones en la salida de balón. A Lewandowski le recordó la importancia que atrayera a los centrales para encontrar salidas en las bandas con Yamal y Raphinha. Concretamente al joven talento blaugrana le insistió que siguiera buscando el uno contra uno.
La prioridad era que los jugadores juntasen líneas, que se sintieran más arropados y sin tanto espacio que recorrer, buscando siempre al jugador libre y mirando la portería rival. Con la situación climática tan adversa, pidió a sus jugadores que chutaran más desde fuera del área, buscando así un rebote que pudiera facilitar una segunda jugada. Y recordó asimismo que la presión en bloque alto era imprescindible para seguir aspirando a darle la vuelta al resultado, animando a los suyos a seguir creyendo, porque había posibilidades.
Cuarenta cinco minutos después de esta lección táctica, el FC Barcelona conseguía remontar el resultado adverso y ganar con un 4-5, en una de las remontadas más impresionantes que se recuerdan, casi comparable a la que protagonizó el Barcelona de Messi y Neymar en el 6-1 ante el PSG. Asimismo, los cambios tácticos introducidos a medida que avanzaba el partido, con una línea de 3 centrales, y Fermín jugando como extremo izquierda, y Ferran Torres prácticamente como segundo delanteros, acabaron por confirmar un triunfo de autor. En este caso, del manual de estilo de Hansi Flick.