Israel incluyó a un alto mando terrorista de Al Fatah en su lista de excarcelados
Se trata de Zakaria al Zubaidi, miembro del brazo armado Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Había sido imputado con 24 cargos por su rol en una serie de ataques desde 2003
El terrorista palestino volvió a destacar en los titulares en 2021, cuando protagonizó una fuga de la cárcel israelí de Gilboa junto a otros cuatro milicianos de Yihad Islámica.

La operación israelí de busca y captura, que culminó con su detención seis días después, desató una ola de enfrentamientos con la población palestina de Cisjordania, especialmente en la ciudad de Yenín, en cuyo campo de refugiados nació el comandante palestino, considerado en su día el líder en la sombra de la localidad.
El año pasado, su hijo Mohammed murió en un ataque de aviones no tripulados de Israel, cuyo Ejército acusó al joven de ser “un destacado terrorista de la zona de Yenín”.
También está incluido en la lista Ahmed Barghuti, comandante del brazo militar de Al Fatah en Ramala (Cisjordania), condenado por los asesinatos de israelíes en una serie de ataques suicidas durante la Segunda Intifada, incluido el ataque al restaurante Sea Food Market en Tel Aviv y dos ataques en Jerusalén.

Otras figuras destacan por encima del resto, como el caso de Jalida Jarrar, integrante del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y que ha sido detenida en varias ocasiones por las autoridades israelíes. Actualmente, se encuentra en prisión por una orden de detención administrativa desde diciembre de 2023.
También destaca en este listado Bushar al Tawil, activista palestina hija de un antiguo miembro de Hamas que llegó a gobernar en la ciudad de Al Biré, en Cisjordania. Al Tawil se encuentra bajo arresto administrativo desde el pasado mes de marzo, mientras que su esposo ha sido condenado a nueve cadenas perpetuas.
La liberación de prisioneros con delitos de sangre ha causado un cisma en el Gobierno israelí y varios ministros se han negado a firmar el acuerdo del alto el fuego en Gaza. El propio Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de Israel ha reconocido la enorme dificultad a la hora de aceptar los términos del pacto.
“La decisión de liberar a los prisioneros de máxima seguridad y otros detenidos, incluidos aquellos que cometieron crímenes atroces, como parte de un marco para garantizar el retorno de los rehenes, es extraordinariamente difícil. El gobierno debe sopesar ‘dolor contra dolor’. El profundo y genuino dolor de las familias afectadas por los prisioneros incluidos en la lista contrasta con el temor por las vidas de los rehenes y el sufrimiento diario de sus familias”, explicó.