El ejército de Israel aseguró que abatió a 20.000 terroristas de Hamas en Gaza
El ex jefe del Estado Mayor israelí, el general Herzi Halevi, afirmó que “el brazo militar ha sido duramente golpeado. La mayoría de la cúpula de la organización fue abatida”
La ofensiva israelí en la Franja de Gaza dejó al menos 47.107 muertos según datos del Ministerio de Salud de Hamas, que gobierna este territorio palestino. La ONU considera que estas cifras son fiables.
Aquella mañana, con parapentes y topadoras, cientos de milicianos de Hamas franquearon la barrera fronteriza entre la Franja de Gaza y territorio israelí, dotada de sensores de vigilancia.
En su carta de renuncia, publicada por el ejército, el teniente general Herzi Halevi dijo que renunciaba “debido a mi reconocimiento de responsabilidad por el fracaso (militar) del 7 de octubre”, pero agregó que se iba en un momento de “éxitos significativos”.
Reconoció, sin embargo, que los objetivos de la guerra de Gaza “no se han logrado todos”, añadiendo que el ejército “seguirá luchando para desmantelar aún más a Hamas”, recuperar a los rehenes y permitir que los israelíes desplazados por los ataques militantes regresen a sus hogares.
Poco después de su anuncio, también dimitió el mayor general Yaron Finkelman, que dirigía el mando militar del sur de Israel, responsable de Gaza.
El ataque del 7 de octubre, en el que 251 personas fueron tomadas como rehenes, traumatizó a los israelíes y creó una crisis sin precedentes para los principales dirigentes del país.
Noventa y un rehenes permanecen en cautiverio, 34 de los cuales, según los militares, están muertos.
El primer ministro Benjamin Netanyahu había prometido al comienzo de la guerra aplastar a Hamas y traer de vuelta a todos los rehenes.
El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, pidió el martes a Netanyahu que siga el ejemplo de Halevi.
Lapid elogió al jefe militar por su dimisión y añadió: “Ahora es el momento de que asuman su responsabilidad y renuncien: el primer ministro y todo su catastrófico gobierno”.
Tras meses de negociaciones infructuosas, los mediadores Qatar y Estados Unidos anunciaron un alto el fuego que entró en vigor el domingo, en vísperas de la investidura de Donald Trump como presidente estadounidense.
Trump, quien se atribuyó el mérito por el acuerdo, dijo que dudaba que el mismo se mantuviera mientras asumía el cargo para un segundo mandato histórico.
“Esa no es nuestra guerra, es la suya, pero no estoy seguro”, afirmó.
Sin embargo, el primer ministro qatarí, el jeque Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim Al-Thani, dijo el martes en el Foro Económico Mundial que si Israel y Hamas actuaban “de buena fe, esto duraría y, con suerte... conduciría a un alto el fuego permanente”.
Desde que entró en vigor la tregua, la ayuda humanitaria desesperadamente necesaria ha comenzado a fluir a Gaza, y los palestinos desplazados por la guerra han regresado a sus hogares en zonas devastadas del territorio, con la esperanza de que el acuerdo perdure.
Hasta ahora, la tregua ha implicado a Israel y Hamas en un intercambio de rehenes por prisioneros.