CHAMPIONS (FASE LIGA) | Stuttgart 1 - PSG 4 / Dembélé se come el ‘biscotto’

El exjugador del Barcelona, con un hat-trick, lidera el triunfo del PSG en Stuttgart, certificando su billete a la siguiente ronda de la Champions.

Andrés Onrubia
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El PSG certificó su clasificación a la siguiente ronda de la Champions, una competición que le había afligido esta temporada, que le había sacudido con fuerza hacia el abismo, que le había tenido contra las cuerdas, pero en la que, finalmente, después de dos triunfos perentorios, el último 1-4 contra el Stuttgart, tras un primer tiempo excelso, está más vivo que nunca. Dembélé, con un hat-trick, lideró el triunfo de los parisinos, que serán un equipo peligroso, con el sello Luis Enrique y con muchos mimbres para derrotar a cualquiera a partir de febrero.

El técnico asturiano avisó en la antesala del encuentro que no habría biscotto y así sucedió. El ínfimo atisbo de pacto de agresión se esfumó de un plumazo, ya que el PSG afrontó el encuentro como una final. Barcola, en una segunda jugada de un córner tras un toque de Doué, embocó a la red el 0-1.

El partido se convirtió en una ruleta rusa, en un ida y vuelta constante, y en esos escenarios, en los que impera la confusión, el PSG salió airoso, a diferencia de antaño, cuando era un equipo que sucumbía ante cualquier golpe. Donnarumma evitó el 1-1 y, en el contragolpe que prosiguió el rechace, Barcola asistió a Dembélé para que marcara el segundo.

El exjugador del Barcelona, tan criticado durante años, tan irregular, tan pasivo, tan incomprendido, ha ratificado, por fin, todo lo que prometía cuando explotó siendo un niño en Rennes. Por dentro, con libertad, instruido por Luis Enrique, el francés hizo el 0-3 antes del descanso, enviando a la escuadra un remate atronador ante el que nada pudo hacer Bredlow.

El PSG no atemperó. Sintiéndose imparable, con hambre de ir a por más goles, como si de una liberación se tratara, Dembélé, encarnando el momento de forma de su equipo, firmando una actuación atronadora, consumó su hat-trick con otro remate inapelable. La confirmación, después de tantas desilusiones, de tantos baches, de tantas vicisitudes, de que es una estirpe de jugador única, al que ha sabido instruir Luis Enrique como no supieron, por ejemplo, Xavi o Deschamps. El Sttutgart, completamente pesaroso, impotente por el sometimiento rival, maquilló el resultado en el tramo final con un gol de Pacho en propia, pero ya era demasiado tarde. El PSG está de vuelta y jugará los dieciseisavos de la Champions tras haber estado al borde de la eliminación.

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