Champions (Fase Liga) | Salzburgo 1-Atlético 4 / Hoy y ayer, Simeone siempre
El Atlético ató el Top-8 en un partido fácil ante un tierno Salzburgo con un protagonista: Giuliano. Hizo el primero y dio el segundo, a un Griezmann que marcó dos. Llorente cerró la goleada.
Porque había salido el Atleti con una sinfonía en la cabeza, la de soldar el Top-8 en la última jornada, y por eso se subió a esa bota. La del Simeone del siglo XXI. El futbolista que ha cambiado la historia de esta temporada en cuanto comenzó a ser titular. Ese Giuliano que ha pasado de celebrar los goles del equipo de su padre a marcarlos. En esta noche de Champions como nunca, con 18 partidos a la vez y que sonaba tan a las de antes, de transistor y multipantalla, con pitidos brotando de las radios a un ritmo loco y los goles sucediéndose a velocidad de reel. El Salzburgo resultó ser un convidado amable en este estreno, el de Giuliano como goleador en la Champions, y esa confirmación: qué regalo rojiblanco es que 13 años después ya no solo sea uno, sino dos, los Simeone que tiran de este escudo.
De regreso al 4-4-2, volvía Koke al centro por la sanción de Barrios y Llorente y Azpilicueta ocupaban los carriles, con Julián y Grizi la punta. Todos bailaban ante un Salzburgo jovencísimo, ya eliminado y en el hoyo de esta Champions, a la espera de que vuelva la primavera a su vivero, una vez cuna de jugadores como Haaland, Sesko o Mané. Enseguida tuvo la sensación de que había salido del túnel pero como si no: se parapetaba en dos líneas de cuatro que no fueron paraguas ante tanto chaparrón. El Atlético jugaba intenso y coral mientras mordía arriba para robar en zonas altas. Y sin dejar de correr. De Lino fue la primera carrera. Se le escapó a Dedic para dejarle a De Paul un balón para el gol que éste pateó como si la portería estuviese en el córner. La segunda fue la primera vez que Giuliano pisó área.
La pelota se la sirvió Julián Alvarez para que, a esta nueva Champions, le mostrase que Simeone es un apellido eterno. Pateó cruzado y celebró como su padre levanta a la grada, con un apretar de puños y el abrazo en piña de todos los demás. El Salzburgo era como una madre en defensa, todo bondad, fiándose solo a las carreras solitarias de Daghim cuando miraba a Oblak. En una, le contuvo Azpilicueta. En otra, se trastabilló en el control aunque logró armar el remate, manso para Jan. En la siguiente jugada ahí volvería a correr Simeone para matar el partido.
Recuperación del Atleti, De Paul estalla las líneas con uno de sus pases y Schalger sale de su área a ver si lo caza... Con un depredador enfrente. Ese Giuliano que es hijo del hombre del Nunca Dejes de Creer: alcanzó el cuero, sombrero al portero y pase a Griezmann para que embocara a la red. Ole, ole, ole se oía solo en el Red Bull Arena. Esta noche multiplicado por dos.
El Atleti, con la victoria ya en el bolsillo, comenzó a dosificarse, a replegarse y a dejarle al Salzburgo el balón. Los goles que venían de la radio nada cambiaban. Quinto había llegado y quinto seguía. El duelo se enmarañó. El Salzburgo lo intentaba pero no le daba. Le faltaba criterio y calidad. Podía acercarse a Oblak, pero sin darle de verdad trabajo.
Griezmann, mientras, se iba al descanso con el doblete tras atar el 0-3 de un zurdazo cruzado. Lino le había dado el pase tras otro centro de De Paul en una jugada en la que, por cierto, también ese lugar común: Giuliano lo había vuelto a iniciar todo al provocar la pérdida de Blank.
La segunda parte siguió por la misma senda. El Atleti más pendiente de la radio y de cómo cambiaban los goles su futuro que de este partido ante estos tiernos austríacos que podían intentarlo pero no tenían nivel. Simeone movía el armario para repartir esfuerzos (Julián y Giuliano eran los primeros en irse, después lo harían De Paul y Grizi) mientras Llorente hacía el 0-4 con un disparo cruzado. Aunque el tamaño de la bolsa de goles ya no cambiara su lugar en la tabla. Ni siquiera el del honor de Daghim, con una volea que era el primero para el Salzburgo esta Champions en casa. El Atleti, quinto. Pero con bestias sobrevolando sus octavos. Manchester City, Bayern de Múnich... O Real Madrid.