Champions (Fase Liga) | Barcelona 2-Atalanta 2 A un gol del liderato

Lamine Yamal lidera a un Barça que lo pasó mal ante el Atalanta. Araújo fue clave para lo bueno y lo malo. Los blaugrana finalizan segundos detrás del Liverpool. Raphinha ofrece otro recital

Santi Giménez
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El Barcelona estuvo muy cerca de acabar primero en la fase-liga de esta nueva Champions, pero finalmente cedió un empate ante el Atalanta (2-2) que le deja segundo de la tabla en un partido que fue un dolor de muelas para el equipo culé, que se aferró a un Lamine diferencial y a un Araújo tan peligroso en el área contraria como en la propia. Se quedaron a un tanto de un liderato simbólico.

Pese a tener la segunda plaza de la fase-liga casi al alcance de la mano y la primera a merced de una sorpresa en Eindhoven, Flick apostó por un once más que reconocible en el que la única novedad era el estreno de una nueva pareja de centrales: Araújo-Eric, lo que daba descanso a Cubarsí. El resto del equipo, el esperado con el asentamiento de De Jong como titular, que parece estar haciendo a Casadó la que le ha hecho Szczesny a Iñaki Peña.

Desde el primer minuto se vio que los que no vemos el fútbol italiano en bucle habíamos sido vilmente engañados. Nos habían vendido que el Atalanta era un equipo ofensivo y de buen trato a la pelota que daba gusto verle y que el duelo sería un festival de goles. Lo que se encontraron los espectadores del encuentro fue un equipo que es el típico visitante molesto que llega a casa y que en vez de ofrecerse a recoger los platos cuando acaba el primer plato, es de esos que aprovecha que estás en la cocina para colarse en el dormitorio y empezar a abrir los cajones de la cómoda.

Ese tipo de invitado que te hace sentir extraño en tu propia casa y que hace que mires el reloj una y otra vez para ver si se marchan de una vez. De los que te arrinconan.

Al Barça, lo arrinconaron a base de marcajes individuales que obligaron al equipo blaugrana a jugar la mayoría del tiempo cerca de su área y a tener que retrasar balones a su portero, que volvió a ser Szczesny. Un tipo que ante la presión no tiene problema alguno en tirar la pelota a córner como el que tira una colilla a la alcantarilla. Y tan pancho, tú.

A favor del portero polaco hay que decir que esta vez, su dueto cómico con Balde estuvo bien resuelto. Una progresión por banda de Zappacosta, que Araújo, un desastre posicional desde el inicio, acabó e un centro que remató Balde y Szczesny salvó.

Los únicos rayos de esperanza en el Barcelona los aportaban Lamine Yamal, que pecaba de tratar de hacerlo todo él solo, y Gavi, el único que entendía el partido creando superioridades que el resto del equipo desperdiciaba por querer ir demasiado rápido.

Y suerte tuvo el Barcelona de que el VAR, en una decisión microscópica del sexador de pollos, encontró una micra de fuera de juego en el que debería haber sido el primer tanto del Atalanta. De Jong fue flojo al corte de un balón en la frontal, y habilitó una jugada en la que Araújo no sabía dónde estaba y se le apareció la virgen en forma de VAR.

El Atalanta estaba dándole muy mala noche a un Barça que no sabía por donde afrontar el partido. Y de lo de partido espectacular, nada de nada. Pero al descanso, la cosa ya se pareció más a lo que nos habían contado.

Lamine Yamal desarboló a la presión italiana tras una gran combinación con Lewandowski y Raphinha. El joven atacante a punto estuvo de sentenciare el partido, pero el Atalanta sacó la garra de la mano de Ederson y empató el partido con un golazo en el que Araújo volvió a estar en la foto. No sería el último.

El uruguayo pareció redimirse de su espantoso partido con un gol de córner de entrenamiento que volvía a poner al Barça líder. Pero minutos después desmontó su mérito volviendo a equivocarse en el fuera de juego y facilitando el gol de los italianos.

De la mano de los cambios el Barcelona estuvo cerca de marcar el tanto que le hubiera llevado a la primera plaza de esta fase . Pero el tanto no llegó, pero los blaugrana duermen tranquilos.

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