Bernabéu: tres puntos calientes a resolver en 2025

Mucha expectativa y admiración, también problemas de planificación que han devenido en varios frentes abiertos que atacar en 2025.

Fernando S. Tavero
As
El Bernabéu del siglo XXI. Un proyecto ilusionante, pero complicado. “Una de las obras más espectaculares del mundo en los últimos años”, Florentino dixit. Un estadio admirado que el presidente quiere hacer Infinito con realidad virtual. Porque conseguir una entrada, a pesar de los precios, demuestra que no siempre querer es poder. Rentable (el Madrid es el primer club en superar los 1.000 millones de ingresos) y una fuente de orgullo. Pero también de contratiempos. Casi desde el día uno. Desde que FCC se adjudicase la obra el 9 de mayo de 2019, reformular el Santiago Bernabéu ha sido, está siendo, un trayecto pedregoso. Un motivo de orgullo, también de conflictos. Sobrecostes, ruidos inesperados, un aparcamiento polémico, una estafa en el SkyBar... “Una puerta al futuro”. Pero conquistar el porvenir nunca es fácil. El nuevo Bernabéu está aquí, pero no del todo. Ni sin sufrimiento.

Los 796,5 millones de euros inicialmente presupuestados pronto quedaron sobreseídos. Algunos extras entendibles y esperables en semejante megaconstrucción, otros desafortunados como la pandemia y la guerra de Ucrania. En total, hasta tres líneas de financiación. El primer préstamo, 575 millones de euros en 2019. El segundo, 225 millones en 2021, con el foco sobre el invernadero y todo lo referente al césped retráctil. El tercero, y (hasta ahora) último, aprobado por los socios en la Asamblea de noviembre de 2023. Otros 370 millones de euros que añadir a la ecuación. Una joya de 1.170 millones de euros, intereses aparte (se irá sobre los 1.600)...

Lucha contra el ruido

Y pueden ser más. Lo serán. Porque uno de los frentes aún abiertos sólo puede atacarse con una potente inversión. El más sonoro, en todos los sentidos. El 13 de septiembre, el Madrid cortaba por lo sano. “Una decisión responsable y muy difícil”, convenía José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital. Las quejas vecinales fructificaban y la entidad ponía en pausa sus conciertos. Fue una medida definitiva tras no funcionar las paliativas: en verano se multiplicaron los servicios de limpieza y se fijó las 23:00 como hora máxima para la finalización. Un tiro al aire. Y Aitana, Lola Índigo o Dellafuente veían cómo sus actuaciones debían aplazarse. Que no cancelarse (el de Music Bank sí lo hizo), porque desde ese momento comenzó el proceso de insonorización.

Concierto celebrado en el Santiago Bernabéu.
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Concierto celebrado en el Santiago Bernabéu.JUANJO MARTINEFE

Para adaptar el coliseo blanco a la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica (OPCAT). Para lograrlo, como informó AS, el Madrid ha puesto el proyecto en manos de Arup, superempresa experta en el sector. Porque el objetivo no es otro “que las actividades del estadio garanticen su compromiso con la ciudad de Madrid y resulten beneficiosas para su entorno”. En definitiva, llevar los decibelios a los cauces legales. La prueba, amén de las mediciones de asociación vecinal denunciante, los 2,6 millones de euros de multa acumulativa, según informaron fuentes municipales a EFE, a los distintos promotores de los conciertos celebrados en el Bernabéu por superar los decibelios establecidos en la ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica. Un problema que el Madrid busca cortar de raíz para, a partir de marzo de 2025, recuperar la nueva normalidad. Ahora ya dentro de la legalidad.

SkyBar, de lío en lío

Otro foco problemático. Aunque en el SkyBar, el Madrid es víctima. Era, y la idea es que lo sea, la joya de la corona. Un espacio de 700 metros. Un híbrido entre restaurante y discoteca. Un proyecto en el cielo del Bernabéu, con una doble terraza con vistas a la capital y al campo, que el club preveía que generase 15 millones de euros al año. El chupinazo se ha ido posponiendo. Mes a mes. De diciembre de 2023 a abril de 2024 y, de ahí, el final de Liga. Agua. A pesar de “estar todo listo para abrir”, como apuntan fuentes consultadas por este periódico. Pero, y es un pero enorme, aún no hay luz verde. Porque la primera empresa encargada de la explotación, Anastia Gourmet Hostelería, estafó al club. Sin más.

El 'SkyBar' del Santiago Bernabéu.
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El 'SkyBar' del Santiago Bernabéu.

Largas y más largas de una empresa casi sin capital social (3.000 euros). Impagos a los proveedores, un presupuesto desmedido y una opacidad que terminó con el grupo García-Delgado, con de Jerez, adquiriendo el 51% que le correspondía a Anastia. Un soplo de aire fresco que fue gélido. Una promesa, seis millones para enterrar la deuda con Heineken o Schweppes, los gigantes que adelantaron dinero (hasta un millón de euros) para poner en marcha el proyecto, y el resto de proveedores. Pero ese dinero no ha llegado y sin dinero no hay apertura. Para más inri, se barrunta que el grupo jerezano está subastando su parte para sacar tajada y, sobre todo, huir del marrón. Y hay más, porque Anastia ha denunciado al Madrid (por 15 millones de euros) por no permitirle explotar ‘su’ espacio. Un laberinto que está en los tribunales. Y mientras, se busca un comprador. Candidatos, muchos. Confiables, y ahí está la clave, no tantos. No tras lo ocurrido.

Aparcamiento paralizado

Y para terminar, un nuevo triunfo vecinal. En 2023, el Real Madrid, a través de Real Madrid Estadio SL, como adelantó Eldiario.es, fue la única empresa que se presentó a concurso para construir y explotar dos parkings colindantes al Bernabéu y un túnel bajo La Castellana y Padre Damián. El plan era levantar dos zonas de aparcamientos de 20.000 metros cuadrados, con cerca de 2.000 nuevas plazas. Un concurso valorado en 561 millones de euros. Una inversión importante que, desde el club, se esperaba rentabilizar sobradamente (se hablaba de triplicar lo invertido).

Sin embargo, tras la demanda de la Asociación Vecinal de Perjudicados por el Bernabéu (AVPB), todo entró en punto muerto. El pasado 26 de septiembre, tras un fallo en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 30 de Madrid se acordó “la suspensión de la ejecución” de las obras que estaban en marcha. Un proyecto autorizado por el Ayuntamiento de Madrid en el acuerdo nº50 del 9 de marzo de 2023. Las razones, “falta de interés público” y “daño medioambiental”. Un revés que, de momento, no ha escrito nuevos capítulos. Un contratiempo más derivado del nuevo Bernabéu. Fuente de éxitos, fuente de conflictos.

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