ATLÉTICO 1 - VILLARREAL 1 / Fiesta el martes, resaca el sábado

El Atlético y el Villarreal empatan en un Metropolitano que esta vez no vivió remontada. Goles de Gerard y Lino. Faltó más tino.

Patricia Cazón
As
El Metropolitano esta vez se guardó el confeti. No hubo fiesta ni remontada ni goles a partir del 90’ ante un rival dado también a hacerlos en los descuentos. El equipo de las 15 victorias seguidas ya lleva dos partidos en Liga sin ganar. El Atleti pagaba la resaca de Champions desde la misma alineación: seis cambios respecto al martes. Y, claro, algunos suplentes son como la noche y el día, la sombra y la luz con respecto a sus titulares. Un escalón demasiado grande ante un Villarreal que recuperó orden atrás.

El Cholo salía con su equipo dibujado en un 5-3-2 y sin De Paul, Grizi, Llorente y Giménez, además de Galán y Lenglet (sancionados, el primero lesionado también). Koke volvía al once, como Witsel y Correa, y se mantenía Barrios, al que no dejó de pesarle su cruz (la roja) del martes. Ganar para los rojiblancos era volver a la cabeza de la Liga tras el traspié de Leganés, al menos hasta el partido del Madrid, y eso empujaba ante un Villarreal al que salió a morderle arriba.

El Atleti acumulaba picotazos de Julián y una posesión del 75% bajo el mismo mal: apabullar sin remate. El Villarreal no controlaba la pelota, pero sabía contenerse atrás. Hasta el 15’, tras una progresión fantástica de Femenía que terminó en un remate alto de Costa, no se acercó por primera vez a Oblak. La segunda, llegaría esa jugada que lo cambió todo. Porque Witsel intentó despejar con el pubis una pelota ante Gerard Moreno y Reinildo fue a despejarla como camión sin frenos. Atropello. Que tocó balón no contó para el árbitro ni para el VAR. El propio Gerard lo lanzó y, aunque Oblak adivinó, sería el 0-1. La segunda vez que los de Marcelino pisaban área y se iban con el gol. El ariete, por cierto, hizo su celebración de siempre, el gesto de sacar la lengua llevándose las manos a las orejas, pero hacia el córner en el que está el sagrado ramo de Margarita y no el contrario. El golpe dejó tocado al Atleti.

El Villarreal tenía ahora el cuajo y el Atleti errores como ese de Koke, que controló mal ante Baena. Si Witsel no se hubiera lanzado al suelo para despejar con el pompis habría sido el 0-2. El físico de Comesaña y Gueye sobresalía ante un Koke acartonado y ese Barrios timorato. Reinildo volvía a estar torpe y precipitado y Correa es moneda al aire, menos cara cuando es titular. Los rojiblancos se abalanzaron sobre el descanso como alguien en el desierto sobre el agua. El árbitro se iba entre pitos después de que Reinildo cayera, tironeado del brazo por Comesaña, sin que esta vez castigara con penalti aunque sí lo pareció.

Simeone aprovechó para hacer tres cambios. Ni Reinildo ni Giuliano ni Gallagher volvieron. En su lugar, Azpilicueta, Lino y ese motor que es hoy De Paul. El Villarreal salió espitado y al contragolpe sobre las piernas de un poderoso Baena que, nada más reiniciarse el partido, condujo, pasó a Yeremy y éste a Gerard. La jugada no terminó en gol porque Witsel le robó el cuero limpio cuando solo debía rematar. Al belga le pesarán los años pero sabe dónde tiene que lanzarse para robar sin falta.

El Villarreal se volcaba hacia Oblak con energía y el Atleti replicaba con un ‘casi’ de Correa y otro posible penalti: la caída de De Paul tras un contacto con Baena que tampoco vio como infracción. Acogotaban los rojiblancos, cuyo gol no tardaría. Nahuel lo llevó al área, Barrios encontró a Julián y Correa remató primero de tacón tras liarse con sus propios pies y, el rechace de Júnior, Lino lo embocó. 1-1. El Villarreal rascaba a balón parado ante ese Oblak al que le cuesta echarse al monte y siempre queda a medias en sus salidas. De Paul ordenaba, Julián rondaba y al árbitro se le calentaba la mano con las tarjetas cuando los dos técnicos habían logrado cerrar sus áreas. Grizi y Llorente estaban en el campo, no habría minutos para Sorloth a pesar de tanto centro lateral.

Witsel pudo marcarse el 1-2 en propia con un mal despeje y Barrios el 2-1 con un latigazo desde la frontal. De Paul servía a Grizi un balón de gol que el francés cabeceó fuera. El reloj se iba al 90’, ese tiempo en el que tanto Atleti como Villarreal ganan este año sus partidos. Pero al árbitro le entró la prisa y el descuento solo fueron tres minutos. Sin tiempo para otra fiesta. Ni remontada. 

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