Real Madrid La realidad ya no es virtual
Tchouameni presenta mejores números como central que como centrocampista. Ante el Athletic, en su regreso, naufragó como ancla.
Fue un partido con (muy) poco brillo en lo colectivo y opaco para Tchouameni en lo individual. Naufragó. Sólo Mbappé participó menos en el juego de entre todos los titulares blancos (44 intervenciones de Kylian, 46 de Aurélien). Y en tareas de intendencia vuelven a emparejarse los franceses. De nuevo en lo negativo: los únicos de los once de inicio que terminaron con sólo una recuperación. Ceballos y Valverde, el resto de la sala de máquinas, sustrajeron nueve y siete, respectivamente, líderes en la parcela. Y con balón, cinco envíos al último tercio del campo. Sólo superó a Asencio (uno) y Courtois (tres). Estuvo preciso, sí (sólo falló uno de sus 38 pases), pero no incisivo.
Sus cifras en la sala de máquinas no son rimbombantes y, curiosamente, donde más lustre tienen sus números son como central. Esta temporada, en sus tres partidos en la zaga, es el que mejores cifras presenta en pases al último tercio con éxito (7,8 por 90′), progresiones con balón (10,9) y bloqueos (1,2). En duelos defensivos se empareja con Rüdiger (5 por partido con un 75% de acierto, por los 5,1 del alemán y un 77,8%), mientras que en recuperaciones supera tanto a Rambo como a Asencio (8.5 ambos, por las 9,6 de Aurélien) y persigue a Militao (10,2). “Se enfadará, pero es un central espectacular. Juega muy bien, saca el balón como pocos y tácticamente es muy bueno”, bromeó Ancelotti hace un año. Una chanza que no lo es tanto. Ya informó AS sobre ello hace un mes. Sin Militao, es el plan A. Más si cabe tras no llenar la mochila de la expectativa en el centro del campo.
De experimento a plan A
Todo comenzó el curso pasado ante Osasuna. Sin Militao, Alaba y Nacho, Carletto se inventó al Tchouameni central. Un partido para que el Aurélien se preparó concienzudamente. Se fijó en los movimientos de su compatriota y buen amigo Koundé, fue una sombra para Rüdiger en los ensayos intersemanales y tiró de realidad virtual. Gafas mediante, el de Rouan simuló en su casa diferentes situaciones de partido y trató de aprehender una posición que no tardó en interiorizar. A Ancelotti le gustó el experimento. También el resultado.
En los 12 partidos donde Tchouameni hizo las veces de zaguero, el Madrid no ha perdido: nueve victorias y tres empates. Duelos, algunos de ellos, de tronío. Véase la ida de cuartos de la pasada Champions contra el City. Y ahí estaba disponible Nacho... También lleva en la mochila el 4-0 al Girona o el 3-2 al Barça en el Clásico que terminó de teñir la última liga de blanco. La disyuntiva vuelve a quedar abierta el sábado: central o centrocampista. Ese debate interno tiene Carletto. Ya de cara a Girona. Más si cabe con la visita a Bérgamo a la vuelta de la esquina. Antes o después, volverá al centro de la defensa. Porque la realidad ya no es virtual para Tchouameni.