Ojo con los millones de Medina: nada de malgastarlos
Para saber si fue buena su salida habrá que ver cómo se completa el negocio: si traen figuras o van otra vez a la mesa de saldos y productos fallados.
Este sábado también comenzó a circular la información de que el club está pensando construir un nuevo polideportivo, un microestadio donde se pueda practicar los otros deportes federados. Fue una joda del Día de los Inocentes, ¿no? Porque de otro modo, nos están tomando por boludos a todos. Los hinchas, los socios que pagamos la cuotita todos los meses... A ver, muchachos, si se ponen el cerebro. Hagan un plebiscito vinculante o una encuesta. ¿Qué quieren los socios de Boca? 1) Un gran equipo para la Libertadores y el Mundial de clubes; 2) La ampliación de la Bombonera; 3) Un microestadio para los otros deportes. Si la opción 3 saca más de un 2% de los votos, estamos en problemas.
¿En serio un polideportivo? Esto es como lo del hotel que quieren hacer en Ezeiza. ¿A quién le importa? ¿A quién le sirve? No le importa a nadie, salvo al puñado de socios que viven cerca del club. Boca es fútbol y respira fútbol. Podríamos decir que el rubro de la construcción ofrece oportunidades formidables, un negocio enorme que sirve -salvo que las obras estén muy claritas y auditadas- para lavar guita, para chorear de a toneladas, y tenemos tristes ejemplos de dirigentes a nivel nacional sospechados de fraude, de desfalco y no sé cuántas cosas más por hoteles y obra pública. Podríamos decir eso, pero no lo diremos. En cambio, vamos a hacer foco en las prioridades. Así como no se celebraban los balances en el Obelisco, tampoco hubo grandes manifestaciones que reconocieran al básquet o al hockey -dos disciplinas exitosas, no como el fútbol-, o que se cortara una cinta frente a las multitudes para inaugurar 70 butacas mugrosas mientras otros planifican o hacen estadios.
Hay que decirles a los cráneos que conducen el club que en todo caso, un polideportivo puede hacerse con el dinero que obtiene un equipo campeón -por el premio en sí mismo y/o por la revalorización de sus jugadores. O se puede financiar con la venta de 30.000 nuevas plateas de un estadio que pide a gritos una remodelación seria, no patios de comida, explanadas y todo ese maquillaje absurdo. Al revés, un polideportivo es un gasto irrecuperable. Y no es que estemos en la vereda opuesta de la responsabilidad social que tenemos como club. Simplemente hay otras prioridades, y atenderlas puede hacer realidad todo lo demás. Así que cuidadito con lo que hacen, que la platita es de todos nosotros. Y a propósito: toda esa recaudación viene de los pibes de Boca Predio. Mejor dicho, del predio de Ezeiza que ya existía, con sus cazatalentos y formadores, antes de que llegaran estos muchachos y los echaran a todos. Las consecuencias empiezan a hacerse visibles en los torneos de Inferiores, donde no ganamos una sola categoría y quedamos cuartos en la general detrás de Vélez, River y Lanús, a casi ¡70 puntos! de los primeros.
Una última consideración individual sobre Medina. Es imperdonable lo que hizo, plantarnos y no jugar un partido decisivo cuando ni siquiera estaba abierto el libro de pases... No merecía, después de eso, volver a vestir la camiseta del club, así que está bien que se haya ido.
Sin embargo, este caso pasa a engrosar una lista de jugadores que ya integraban Almendra, Equi Fernández, Barco, Pol Fernández (dos veces), Tevez, Zárate, Salvio, Izquierdoz, Buffarini, Nahuel Molina, Ramos Mingo, Pavón, Villa, Wanchope Ábila, Junior Alonso, Rossi, Manuel Roffo, Eros Mancuso, Valentini, Zambrano, Retegui (le regalaron insólitamente la mitad del pase al amigo Massa). Son 21 nombres más Medina, dos equipos completos sin incluir el chiquitaje. El común denominador es que todos se fueron con algún grado de conflicto cuando no libres -sin dejar un mango-, por incapacidad negociadora o mala evaluación del órgano responsable de fútbol que integran Riquelme, Román, JR, El Último Diez y Maduro (así le dicen varios en la intimidad del predio). Sin ánimo de estigmatizar, algún quilombito tiene este pibe, el presidente... Lo ideal sería que lo resuelva, que escuche a los que saben, que se deje aconsejar. Y que respete uno de sus postulados más sagrados: "El club es de los socios". Ahora le falta actuar en consecuencia y no como si fuera el patio de su casa.