Lamine, otra ‘Meisterklasse’ en Alemania
Después de conquistar estadios míticos como el Olímpico de Berlín, el Allianz Arena de Múnich o el Neckarstadion en la Eurocopa, también brilló en Dortmund.
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Alemania ya conocía la magia de Lamine Yamal. Hace apenas cinco meses, la sufrió en los cuartos de final de la Eurocopa en Stuttgart, con aquel balón a Olmo que significó el 0-1 contra la anfitriona. Luego, ya como aficionado imparcial, el país teutón lo disfrutó en la semifinal de Múnich, con el gol a Francia que dio la vuelta al mundo y permanecerá en la memoria de muchos. También con la asistencia descomunal a Nico Williams en la final del Olympiastadion contra Inglaterra. Lamine, además, brilló durante el torneo en Gelsenkirchen contra Italia, en Colonia frente a Georgia...
Le faltaba Dortmund, el mítico Westfalenstadion. Y volvió a dejar huella. Esta vez, en la Champions. La UEFA le concedió el MVP del partido contra el Borussia, el primero de la temporada, por su impacto. Su partido volvió a estar trufado de delicatessen. La primera, otro pase maravilloso con el exterior a Raphinha que el brasileño mandó fuera por poco. La segunda, un disparo con la izquierda que sacó Kobel.
Pero el futbolista crecido en Rocafonda dejó lo mejor para la segunda parte. Como en Sevilla, agarró el partido con sus manos y lideró al Barça hacia la victoria. Inició la jugada del 1-2 y le hizo un regalo de Navidad a Ferran en el 2-3. Sustituido casi al final por Pau Víctor, Lamine fue el jugador que más regates completó junto a Dani Olmo
en el partido (4); y el segundo que más pases hizo con éxito en el
último cuarto del campo (13). Pero más allá de los números, lo mejor que
dejó Lamine fue esa esencia de jugador grande, que se sabe capaz
de ganar un partido. Da la sensación de que sus compañeros también lo
sienten así.