Estados Unidos estimó en 1.000 las bajas norcoreanas en combates con las fuerzas ucranianas en Kursk
Washington consideró que los líderes militares rusos están “tratando a esas tropas como prescindibles y les están ordenando que realicen asaltos inútiles”
“Nuestra estimación es que, hasta la fecha, han sufrido más de 1.000 muertos o heridos en este combate, solo en la última semana”, declaró.
De acuerdo con Kirby, los líderes militares rusos están “tratando a esas tropas como prescindibles y les están ordenando que realicen asaltos inútiles contra las defensas ucranianas”.“Estos soldados norcoreanos parecen estar altamente adoctrinados, impulsando ataques incluso cuando está claro que esos ataques son inútiles”, agregó.
La inteligencia estadounidense también cuenta con informes de que hay soldados norcoreanos que se quitan la vida para no ser capturados por las fuerzas ucranianas, probablemente “por miedo a represalias contra sus familias en Corea del Norte”, dijo Kirby.
El portavoz explicó además que en los próximos días Estados Unidos aprobará un nuevo paquete de armamento para Ucrania.
Pyongyang ha desplegado miles de tropas para respaldar a las fuerzas rusas, y el presidente ucraniano Volodimir Zelensky ha calculado que casi 3.000 habían muerto o resultado heridas hasta la fecha. El servicio de inteligencia de Corea del Sur cifró en 1.000 las bajas norcoreanas, afirmando que la elevada cifra podría deberse a un entorno de batalla desconocido y a su falta de capacidad para contrarrestar los ataques de aviones no tripulados.
El ejército de Seúl cree que Corea del Norte está tratando de modernizar sus capacidades de guerra convencional a través de la experiencia de combate adquirida en la guerra entre Rusia y Ucrania.
Los medios estatales norcoreanos dijeron el viernes pasado que el presidente ruso Vladimir Putin envió un mensaje de Año Nuevo al dictador norcoreano Kim Jong-un, diciendo que “los lazos bilaterales entre nuestros dos países se han elevado después de nuestras conversaciones en junio en Pyongyang”. En diciembre entró en vigor un histórico pacto de defensa, después de que ambas partes intercambiaran documentos de ratificación.
Por otro lado, las autoridades ucranianas reconocen las dificultades de su Ejército en el frente de batalla, pero insisten en el alto número de bajas rusas -a las que ahora se suman la de los norcoreanos que combaten en Kursk- para aferrarse a la esperanza de un colapso de las capacidades ofensivas enemigas.