El principal desafío del nuevo gobierno de Francia es mantenerse en el poder
Los retos abundan para el presidente Emmanuel Macron y el primer ministro Francois Bayrou, después de un tumultuoso 2024
InfobaeEl presidente y el primer ministro de Francia lograron formar un nuevo gobierno justo a tiempo para el fin de año. Ahora viene la parte difícil.
¿Qué problema tienen las finanzas francesas?
Lo más urgente es aprobar el presupuesto 2025. Los mercados financieros, las agencias de calificación y la Comisión Europea están presionando a Francia para que reduzca su déficit, que amenaza la estabilidad y prosperidad de todos los países que comparten el euro.
La deuda francesa —actualmente de un 112% del Producto Interno Bruto—, ha sido alta durante años. Creció aún más después de que el gobierno otorgó ayudas a empresas y trabajadores durante los confinamientos por el COVID-19, cuando la pandemia deprimía el crecimiento, y limitó los precios de la energía doméstica después de que Rusia invadió Ucrania. Ahora se debe pagar la factura.
El gobierno anterior colapsó este mes porque el partido de extrema derecha de Marine Le Pen y los legisladores de izquierda se opusieron a un plan presupuestal que incluía de 60.000 millones de euros en recortes de gastos y aumentos de impuestos. Se espera que Bayrou y el nuevo ministro de Finanzas, Eric Lombard, reduzcan algunas de esas promesas, pero los cálculos son difíciles.
“La situación política es difícil. La situación internacional es peligrosa y el contexto económico es frágil”, dijo Lombard, un banquero de bajo perfil que asesoró a un gobierno socialista en la década de 1990, al asumir el cargo.
“La emergencia ambiental, la emergencia social, desarrollar nuestras empresas, estos innumerables desafíos nos obligan a atender nuestra enfermedad endémica: el déficit”, dijo. “Cuanto más endeudados estamos, más cuesta la deuda y más asfixia al país”.
¿Cuánto durará este gobierno?
Este es el cuarto gobierno de Francia en el último año. Ningún partido tiene mayoría parlamentaria y el nuevo gabinete solo puede sobrevivir con el apoyo de legisladores de centro-derecha y centro-izquierda.
Le Pen, la principal rival de Macron, fue instrumental en la destitución del gobierno anterior al unirse a las fuerzas de izquierda en una votación de no confianza. Bayrou la consultó al formar el nuevo gobierno y Le Pen sigue siendo una fuerza poderosa.
Eso enfurece a los grupos de izquierda, que esperaban más influencia en el nuevo gabinete, y que dicen que los recortes de gastos prometidos afectarán más duramente a las familias trabajadoras y a las pequeñas empresas. Los votantes de izquierda, mientras tanto, se sienten traicionados desde que una coalición de izquierda ganó la mayoría de los escaños en las elecciones legislativas de verano, pero no logró asegurar un gobierno.
La posibilidad de una nueva votación de no confianza se cierne, aunque aún no está claro cuántos partidos la apoyarían.
¿Y Macron?
Macron dice que permanecerá como presidente hasta que su mandato expire en 2027.
Pero la Constitución de Francia y la estructura actual, que data de 1958 y se llama la Quinta República, fueron diseñadas para garantizar la estabilidad después de un período de agitación. Si este nuevo gobierno colapsa en unos meses y el país sigue en parálisis política, aumentará la presión para que Macron renuncie y convoque elecciones anticipadas.
El ascenso de la Rassemblement National (Agrupación Nacional) de Le Pen tiene la intención de derribar a Macron. Pero Le Pen enfrenta sus propios dolores de cabeza: un fallo judicial de marzo sobre la supuesta financiación ilegal de su partido podría verla inhabilitada para postularse a un cargo.
¿Qué más hay en la agenda?
Rassemblement National y el ministro del Interior de extrema derecha, Bruno Retailleau, quieren reglas de inmigración más estrictas. Pero Bayrou quiere centrarse en hacer que las normas ya existentes funcionen. “Hay muchas leyes (de inmigración) que existen. Ninguna se está aplicando”, dijo el lunes en el canal de televisión BFM-TV, ante críticas de los conservadores.
El gasto militar es crucial, ante los temores sobre la seguridad europea y la presión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para que Europa gaste más en su propia defensa. El ministro de Defensa, Sebastien Lecornu, que quiere más ayuda militar para Ucrania y aumentar la producción de armas de Francia, conservó su puesto y goza de amplio apoyo.
Más inmediatamente, Macron quiere una ley de emergencia a principios de enero para permitir una reconstrucción acelerada del territorio francés de Mayotte, en el océano Índico, devastado por un ciclón. Miles de personas están en refugios de emergencia y las autoridades siguen contando los muertos días después de la devastación.
Mientras tanto, el gobierno en el agitado territorio francés de Nueva Caledonia, en el Pacífico Sur, colapsó el martes tras una ola de renuncias de figuras independentistas, otro desafío para el nuevo ministro de Exteriores, Manuel Valls, y el gabinete entrante.