El escritorio donde Margaret Thatcher escribió sus discursos se vendió por 92 mil dólares, 30 veces su valor inicial
El mueble personal de la “Dama de Hierro” alcanzó un precio inesperado en una reciente subasta, en la que también se ofrecen diferentes objetos en una puja que comenzó en noviembre y continuará en enero
El escritorio, que en un principio se estimó en unas modestas 2.000 libras (aproximadamente 2.400 euros), alcanzó un precio de 60.000 libras (alrededor de 76.000 dólares), lo que equivale a 30 veces su valor inicial. El precio final, una vez incluidos los honorarios del subastador, fue de 75.000 libras (aproximadamente 92.000 dólares). Este incremento se debió a una feroz competencia entre postores nacionales e internacionales, según relató Dan Hunt, fundador de Sloane Street Auctions, la casa de subastas encargada de la venta, a The Telegraph, . Hunt comentó: “Hubo 20 postores, tanto británicos como internacionales, y el precio siguió subiendo”.
La subasta se desarrolló en la sala de ventas de Sloane Street Auctions en Londres, donde la emoción del momento llevó a los presentes a aplaudir al finalizar la transacción.
Otros artículos subastados de la familia Thatcher
Además del escritorio, la subasta incluyó otros artículos significativos pertenecientes a la familia Thatcher. Entre ellos se destacó un conjunto de ropa de los años 80 de Tomasz Starzewski, que consistía en un abrigo y un vestido a tono, los que se vendieron por 1.500 libras (aproximadamente 1.900 euros). También se subastó un sofá de estilo Jorge II de seda azul pálido, que alcanzó un precio de 6.875 libras (alrededor de 8.700 dólares). Estos artículos, junto con el escritorio, forman parte de los 39 lotes que la familia Thatcher ha puesto a la venta debido a su cambio de residencia. El valor total de la subasta ascendió a 300.000 libras (alrededor de 380.000 dólares).
Este escritorio permaneció en la sala de estar de la casa durante el tiempo en que Thatcher ejerció como líder de la oposición. En este espacio, redactó gran parte de su legado político, incluidos discursos cruciales durante los años 1975-1979. Posteriormente, se mudó con la familia a Chester Square en 1991, donde se mantuvo hasta su venta. Sloane Street Auctions, encargada de la subasta, destacó que este escritorio fue “donde se escribieron la mayoría de sus discursos” y que entre ellos podría figurar el histórico discurso de aceptación del cargo de Primera Ministra, donde Thatcher expresó: “Donde haya discordia, que pongamos armonía. Donde haya error, que pongamos verdad. Donde haya duda, que pongamos fe. Y donde haya desesperación, que pongamos esperanza”.
“Creo que el escritorio capturó la imaginación debido a su historia, al hecho de que ella había escrito sus discursos mientras estaba en la oposición y en el poder”, expresó Dan Hunt. Para muchos, este escritorio representaba un vínculo directo con la figura de una de las más grandes oradoras del siglo XX, quien dejó una marca indeleble en la política británica.
La próxima subasta de artículos de la familia Thatcher
En enero de 2025, se llevará a cabo la segunda parte de la venta de sus pertenencias. Entre los objetos, se incluyen más artículos con un fuerte valor histórico y personal para la familia, lo que continuará atrayendo la atención de coleccionistas y admiradores de la ex primera ministra. Según Sloane Street Auctions, se espera que la segunda subasta también cuente con una carta de procedencia firmada por la familia Thatcher para los artículos vendidos, lo que añade un valor adicional de autenticidad a cada lote subastado.
En un contexto más amplio sobre los recuerdos de Margaret Thatcher, es relevante mencionar la reciente polémica en torno a la retirada de su retrato de Downing Street. En los últimos meses, el primer ministro Sir Keir Starmer ordenó que se retirara un retrato de Thatcher, pintado por Richard Stone y presentado a la ex primera ministra en una recepción privada en 2009.
Según su biógrafo, Starmer describió la pintura como “perturbadora”, y su retiro se produjo poco después de que él se mudara al número 10 de Downing Street. Este acto, en el contexto de la venta de los objetos personales de la familia Thatcher, subraya la continua polarización que aún genera la figura de Margaret Thatcher en la política británica, incluso años después de su muerte en 2013.