Donnarumma no levanta cabeza

El italiano sufrió una entrada criminal de Singo en el primer tiempo del partido contra el Mónaco y tuvo que abandonar el terreno de juego.

Andrés Onrubia

As

Corría el minuto 17 de un encuentro aparentemente controlado para el PSG. El lateral derecho del Mónaco, Singo, se plantaba delante del portero después de un pase brillante de Embolo. Tras un mal control, el marfileño llegó tarde al duelo con Donnarumma e, involuntariamente, impactó los tacos de su bota en el rostro del italiano, provocándole un hematoma gigantesco por debajo del ojo que le obligó, tras ser atendido por los servicios médicos, a abandonar el terreno de juego y a ser sustituido por Sáfonov.

El partido estuvo interrumpido durante varios minutos y, para suerte de los presentes, Donnarumma pudo abandonar por su propio pie el campo. El lance, totalmente fortuito, desató el clamor de los jugadores del Paris Saint-Germain, que pidieron la segunda amonestación de Singo, al que indultó el colegiado al considerar que no había sido una acción imprudente, tal y como estipula el Reglamento de la LFP, y sí de precaución porque en todo momento era consciente de que ponía en riesgo la integridad física de su rival.

La acción, involuntaria, es otro contratiempo para un Donnarumma que no termina de asentarse en el Paris Saint-Germain. El cancerbero italiano ha suscitado grandes críticas por su nivel en la Champions League, donde ha protagonizado actuaciones irregulares, como contra el Arsenal en la segunda jornada o en la derrota en el último minuto ante el Atlético de Madrid, en la que pudo hacer más en el gol de Ángel Correa.

De hecho, sus errores en los partidos de la máxima competición continental provocaron que Luis Enrique, que siempre tuvo dudas con el juego de pies del italiano, le sentara en el encuentro ante el Bayern en detrimento de Sáfonov. El ruso, fichado por 20 millones de euros, tampoco estuvo a la altura, ya que dejó muerto un córner que derivó en el único gol del partido, firmado por Kim.

A pesar de ello, Donnarumma recuperó la confianza de Luis Enrique. El técnico asturiano sigue considerando como número uno al canterano del Milan, consciente, eso sí, de que determinadas suplencias, como la del Bayern, le pondrán en alerta y aumentarán la competencia en la portería. El percance sufrido este miércoles en Mónaco podría alejarle varias semanas de los terrenos de juego e impediría, a priori, su presencia el domingo en Lens, en un partido trascendental para el PSG en la Copa de Francia.

El próximo año será decisivo para el presente y futuro de Donnarumma. El PSG se juega su supervivencia en la Champions y en ella, en la que debe afrontar todavía a Manchester City y Stuttgart jugándose la clasificación, necesitará la mejor versión del italiano, insípido en las citas importantes de la Champions desde el error que sufrió con Benzema en los octavos de final de 2022. El cuadro parisino, de momento, ha paralizado las negociaciones para renovarle, por lo que no se descarta que se marche traspasado el próximo año si no consigue imponerse en París. Un año complicado que termina con una lesión que podría haber revestido mayor gravedad de haber impactado la bota de Singo en su ojo.