COPA DEL REY (SEGUNDA RONDA) | CACEREÑO 1 - ATLÉTICO 3 / De Paul evita un mal trago

El Atlético sigue adelante en la Copa tras sufrir, y mucho, ante el Cacereño. 82 minutos por detrás volteó el argentino con una asistencia y gol. El 1-3 fue de Julián.

Patricia Cazón
As
Lo de Vic había sido un aviso que en Cáceres casi cristaliza. El marcador dirá 1-3 pero en realidad el Cacereño acarició la proeza ante un Atleti que pudo darle la vuelta solo al final. Con los titulares al rescate y De Paul, que volvió a asistir y marcar. Pero le tocó sufrir, sufrir y sudar ante un rival tres categorías por debajo que le miró de frente. Y golpeó primero.

Había salido Cobos con sus titulares, el aforo de su Príncipe Felipe doblado con gradas supletorias y ganas de llevar la fiesta de la grada al marcador. Equipo de Segunda Federación, brotó del túnel serio y ordenado, supo defenderse en su área y sorprender en la contraria. Ante un Atlético con un esperado regreso (el de Robin Le Normand, en el césped 70 días después, con casco) y nueve rotaciones. Con Musso atrás, Koke de regreso y Correa junto a Sorloth en otro día para demostrar que es mejor suplente que titular. Y eso que este Atleti, en principio, resultaba reconocible, a pesar que del último partido solo seguían De Paul y Galán. Tenía por qué. Se descubriría a partir del 80′.

Con mando y dominio salieron los del Cholo, intentando alejarse lo más posible de Vic. Este Atleti era distinto. Este Atleti tenía confianza aunque a la hierba natural de Cáceres le costó un rato largo acostumbrarse. Blandurria, se levantaba con facilidad y el balón botaba extraño. No sufría, vale, pero es que Nieves, el portero del Cacereño, tampoco. En la primera media hora las tres veces que el Atleti se presentó ante su puerta, una Sorloth se quedó sin campo, otra disparó fuera mientras que Lino, a la tercera, estrelló el balón en el portero en el mano a mano. Un Lino que como Roro regresaba al once, con más voluntad que tino y cada día más lejos de lo mejor de sí mismos.

Un minuto después, Merencio le enseñaba al brasileño cómo se debe cargar la pierna ante un portero rival. Quizá el Atleti pensó que, como apenas le duraba un chasquido el cuero, que en esa contra sería igual. Que Christian, en el camino hacia Musso, perdería en algún momento el balón. Pero el futbolista del Cacereño corrió y corrió sin que ningún rojiblanco olfateara el peligro y casi cayéndose llegó al área rojiblanca donde de la defensa solo estaba Witsel, que no alcanzó a despejar su pase franco al segundo palo donde Merencio estiró la pierna para que el Cacereño diera el primer trago de Copa. Y encima Simeone estaba sin Griezmann, en Madrid tras extraerle una muela.

El Cacereño se cementó aún más. Taponando pasillos y todas las líneas de pase. En el Atleti de pronto todo era ansiedad. Los jugadores rojiblancos embotados y enredados en carreras urgentes al área rival que solo una vez, antes del descanso, llegaron a meta. Fue Riquelme, tras combinar con Lino, para toparse de nuevo con ese Nieves con piel de frontón.

El partido regresó con tres titulares del Cholo: Llorente, Lenglet y Julián. A solucionar el trago. Salió presionando feroz y con intención de apretujar al Cacereño en su área. Pareció que De Paul lograba el empate en el primer minuto pero fue solo una ilusión óptica: su trallazo se había ido al lateral de la red y no dentro. El Cacereño contestó con otra contra rápida de Christian que esta vez barrió Galán. A Simeone le empezó a sobrar el abrigo sobre el chándal que viste en las primeras rondas de Copa. Su equipo sufría con esas contras que eran como cuchilladas. Christian cortaba en cada una como cuchillo jamonero. Al Atleti cada vez se le hacía más difícil domar esa hierba. A la hora Simeone ya había hecho los cinco cambios para darle el mando a Barrios y Gallagher mientras al Cacereño el esfuerzo le hacía defender más cerca de su campo. Pero el marcador seguía igual, inamovible, 1-0 para el equipo tres categorías por debajo. Ni con los titulares.

Un tirazo de De Paul volvió a toparse con un guante de Nieves. Su única opción era que al Cacereño le faltara físico. Y, como en un calco de la primera ronda y Vic, en el minuto 82, después de botar una falta Julián y que De Paul enviara el rechace a Lenglet para que se lanzara de cabeza a rebajar el drama. Y forzar la prórroga, al menos. Empate. La había provocado, por cierto, Galán, que en su tierra siguió a lo suyo: ser otro día más el mejor y más enérgico de los rojiblancos. En la jugada siguiente, Sancho veía la roja y el Cacereño se quedaba con diez. Dos después, Julián lanzaba otra falta que repelieron entre Nieves y la madera. Tres más tarde, se iba el Cholo, expulsado. Cuatro, Lino disparaba como en el resto de la noche, alto y mal, mientras el asistente alzaba el cartelón: seis de añadido. Seis minutos para la prórroga. Pero entonces justo la pelota le llegó a De Paul en la frontal para voltear el destino con un disparo flojo que Adri Pérez desvió para colárselo a un Nieves que, paralizado, solo lo vio pasar. El Atleti sigue adelante. Pero de nuevo sobre el alambre. Aunque Julián le pusiera al marcador un 1-3 tan lejos de todo lo que había pasado sobre el campo. 

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